Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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La obesidad aumenta mucho el riesgo de una enfermedad renal

“Enfermedad renal y obesidad” ha sido el lema, este año, para el Día Mundial del Riñón, que se conmemoró el último jueves.
La obesidad aumenta mucho el riesgo de una enfermedad renal. Salud. La Nueva. Bahía Blanca

David Roldán

droldan@lanueva.com

La obesidad es una de las principales amenazas para los riñones, porque promueve el riesgo de diabetes tipo 2 e hipertensión arterial, dos de las causas líderes de Enfermedad Renal Crónica (ERC) en el mundo.

También hay razones propias a la obesidad que generan alteraciones renales.

Se ha demostrado que los riñones de los pacientes obesos tienen una sobrecarga de su función (hiperfiltración) y, con ello, mayor riesgo de desarrollar proteinuria (pérdida de proteínas por la orina) lo cual también es un factor predictor de enfermedad renal.

La obesidad es una epidemia mundial.

En la Argentina, según la última Encuesta de Factores de Riesgo del ministerio de Salud de la Nación, la prevalencia de obesidad es del 20,8 por ciento y la prevalencia del sobrepeso llega el 37,1 por ciento.

En cuanto a la prevalencia de ERC, estudios internacionales estiman que afecta al 10 por ciento de la población mundial.

Su manifestación más graves es la insuficiencia renal crónica terminal que lleva al paciente a la diálisis crónica o al trasplante renal.

Las personas con sobrepeso u obesidad tienen un riesgo de 2 a 7 veces mayor de desarrollar enfermedad renal y en nuestro país más de la mitad de los ingresantes a un plan de diálisis crónica tiene sobrepeso u obesidad.

Según el Registro Nacional de Diálisis, 30 mil personas están hoy en alguna forma de tratamiento de diálisis.

Por año se estiman 6.600 nuevos ingresos a diálisis.

La buena noticia es que la obesidad es prevenible y, por lo tanto, también la enfermedad renal que vienen asociada a ella.

Asimismo, se pueden corregir y/o controlar otros factores de riesgo tales como el consumo de tabaco, el colesterol elevado y la ingesta excesiva de proteínas y sodio.

La educación y la conciencia de los riesgos de la obesidad y un estilo de vida saludable, incluyendo la nutrición adecuada y el ejercicio pueden ayudar de forma notable a prevenir la obesidad y la enfermedad renal.

En la Argentina hay muchos hábitos alimenticios que debemos cambiar.

El ministerio de Salud de la Nación hizo un estudio en el que se demostró que los argentinos estamos consumiendo 12 gramos de sal a dirio, cuando lo que deberíamos consumir, según la OMS, son 5 gramos o menos.

También somos el país que más litros de gaseosas consume.

En 2012 eran 140 litros por año por persona, lo que equivale aproximadamente a 450 y 500 centímetros cúbicos de gaseosa por día.

Un litro son casi 500 calorías, por lo que ganamos medio kilo de peso por semana.

Otro obstáculo es que no estamos comiendo suficientes verduras y frutas.

Estas últimas brindan vitaminas y minerales y otras sustancias que actúan como antioxidantes que protegen a los riñones al disminuir el proceso oxidativo, además de aportar fibras que disminuyen los lípidos que pueden dañarlos.

En cambio, suelen consumirse altas cantidades de bebidas, galletitas, barritas de cereal, entre otros productos que contienen Jarabe de Maíz de Alta Fructosa, que pueden provocar hiperuricemia (ácidos úrico elevado) y muchas grasas que también lo pueden dañar.

La ERC es una enfermedad silente.

Por eso resulta fundamental estar alerta.

Las personas con factores de riesgo deben cuidarse y los médicos de atención primaria son los que pueden poner en marcha la detección de pacientes con factores de riesgo para la ERC.

Una simple prueba de creatinina en sangre y el examen de orina contribuyen a la detección de la enfermedad renal.

Las anomalías en el examen de orina podría suponer enfermedad en riñones.En algunos establecimientos, como el Hospital Universitario Austral, la mira está puesta en contribuir a la concientización de la población respecto de la salud renal en niños y estimular la donación de órganos.

Allí se atiende a pacientes pediátricos con enfermedades renales agudas y crónicas.

En nuestro país hay 417 pacientes entre 0 y 19 años en diálisis crónica, de los cuales 167 están en lista de espera, ya que los pacientes pediátricos se trasplantan a desde los 10 años y a partir de los 10 kilos, en líneas generales, aunque puede haber excepciones.

En cuanto a las patologías que pueden presentarse, se destaca que en edad pediátrica la prevención es crucial porque, tanto la presión alta como los cálculos de riñón y la insuficiencia renal, entre otras afecciones, suelen ser silentes.

La primera causa de trasplante renal en edad pediátrica en Argentina son las enfermedades de la vía urinaria, muchas de las cuales pueden ser detectadas a través de la ecografía prenatal o el estudio adecuado de los pacientes con infecciones urinarias.

De hecho, las consultas más frecuentes se relacionan con infecciones urinarias o malformaciones de la vía urinaria, que son evaluadas de inmediato.

El SUH es, en la actualidad, la segunda causa de trasplante renal, dado que es una enfermedad endémica en nuestro país, transmitida por alimentos que han sido contaminados.