Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Mundial, cábalas y sentimientos

   ¡Ya sé! Ni me diga. Seguramente usted, mi querido lector, ya tiene todo preparado...

   Bufanda, guantes, “el cuellito”, gorra, gorro con pompón, tal vez tipo arlequín o galera. Quizá este año incorporó paraguas, sacacorchos, termo y mate, la botella de agua para ir a correr, la bolsa ecológica, posa vasos, agenda, pen drive, “el palito de la selfie”, el cover del celular, hasta el pijama... ¿Vio? El merchandising va a en aumento...

   Tal vez conserva una vuvuzela de Sudáfrica 2010, y seguramente luce “la albiceleste” de otros años porque con los aumentos hay otras prioridades; pero no me va a negar que ya preparó todo el arsenal para el Mundial de Rusia.

   Junto a todos esos objetos que durante un mes serán parte de nuestra vida cotidiana, se suman otros.

   Infaltable Maneki-Neko, el gatito que atrae la buena fortuna y da la bienvenida a todos los visitantes que se congreguen junto al televisor; también el elefante enfrentado a la puerta para atraer suerte. 

   Posiblemente, como la hinchada de Egipto, posee un escarabajo como escudo protector. Tal vez usted tiene un “atrapa sueños” celeste y blanco que le tejió su suegra; al Gauchito Gil, el pañuelo anudado, un álbum de estampitas encabezado por San Expedito. Descartamos de la lista la “Figa”, puño considerado en Brasil con el poder de captar toda la buena suerte; nadie olvida el 7 a 1 contra Alemania.

   ¿La Copa del Mundo trae consigo las cábalas? ¿Cómo explica la Psicología el uso de amuletos?

   Habrá quienes son supersticiosos y quienes no, pero los argentinos, en cuanto suena el silbato que da inicio al partido, desplegamos una serie de rituales. ¡Somos cabuleros! 

   Los amuletos son diferentes en distintas partes del globo; cada uno cobra un significado especial y posee una historia diferente. Cada cultura alberga mecanismos que “gobiernan” las conductas de los individuos, la superstición está muy naturalizada a tal punto que son parte del bagaje cultural.

   ¿Magia, misticismo, ritual o mecanismo de defensa?

   Tener un amuleto, opera como “efecto alivio” ante situaciones que, de antemano, escapan a nuestro control, brindan cierta seguridad, amortiguando el impacto emocional. Alcanza con que haya sido exitosa para que se siga aplicando.

   Sentarse en determinada silla o no lavar “la camiseta” partido tras partido, porque coincidentemente la pelota entró al arco, son mecanismos de defensa que posibilitan transitar por otras situaciones similares que resultan estresantes o generan ansiedad; para la Psicología son estrategias de afrontamiento.

   Las cábalas y los rituales son heredados, se incorporan en edades tempranas, y en ocasiones se tornan en convicción; desprenderse implica enfrentarse, aunque por las dudas no quiera pasar por debajo de la escalera...

   Comienza la “Copa del Mundo”, resurge un sentimiento colectivo, vínculos se afianzarán con el “oh oh oh” del Himno y con cada triunfo (espero). Una pelota congrega a fanáticos, a concederos de este mágico y popular deporte, y hasta aquellos pocos que dicen “odiar el fútbol”; un país queda suspendido por unos días.

   No podemos negar que en el Mundial nuestra Selección está atravesado por dimensiones culturales, económicas, políticas, sociales, grupales, individuales; un gol (o varios) de Lio Messi nos atraviesa a todos.

   El juego se pone en marcha, amalgama de adrenalina y vértigo; rueda la pelota junto al deseo de un país que anhela que en esta oportunidad la Copa no sea esquiva. Jugadas que despertarán fascinación (espero) y se traducirán en el humor social hoy tan necesario. ¡Vamos Argentina, carajo!