Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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El Pelado vende otros 12 cuadros y se asegura su presencia en el Mundial

Luis De Marchi aún sueña con ver en vivo -otra vez- a la Selección. Para eso, instrumentó una particular alternativa recaudatoria, con una salvedad: Argentina tiene que llegar a semifinales.

La” foto . Luis De Marchi sueña con viajar a Rusia. Gracias a esta instantánea, en algún bar de La Plata, con Diego como guardia.

Por Mikel Iñurrategui / minurrategui@lanueva.com

   “¿Vos tenés mil pesos? Bueno... ¡Invertilos en mí, papá...! Sabés que linda mascota te voy a traer de Rusia...".

   A veces sólo se trata de tener un sueño o una idea medio (o muy) loca y coraje para concretarlo. A eso, lógicamente, sumarle un espíritu aventurero. Y la receta no falla.

   Todos esos condimentos los reúne el árbitro de básquetbol, Luis De Marchi,  a quien nadie le quitará su anhelo de ver nuevamente en vivo a la Selección, en el Mundial que se aproxima.

   “Estoy intentando ir a la semifinal y final. Para eso -contó-, necesito comprar el pasaje; para comprar el pasaje, necesito unos 30 mil pesos. Y, para eso, estoy vendiendo un cuadro a mil pesos. ¡Un cuadro irrelevante! Es para "embaucar" gente en pos de mi sueño. ¿Se entiende?".

   El cuadro con que el Pelado pretende financiar parte de su viaje, se trata de una foto suya, sacada por una amiga, Sonia Nair, con un celular, en un bar de La Plata.

   Pese a que ya “vendió” 18 ejemplares (que aún no fueron impresos), la oferta tiene un plazo determinado, el cual depende de lo que hagan Messi y compañía en la Copa.

   “Prometo que si Argentina no llega a semifinales, le devolveré el dinero a cuanta persona haya invertido en mí”, avisó De Marchi.

   Los cuartos de final se jugarán el 6 y 7 de julio. Ese día, Luis sabrá si debe activar su segunda parte del plan, o no.

   “El pasaje lo saco en el momento ¿Cuántas personas pensás que van a viajar a Rusia en julio? Vamos haciendo todas las escalas necesarias y llegamos; no tengo apuro”, especuló, sumamente distendido.

   Una vez allá, su preocupación pasará por otro tema.

   “¿Cómo voy a tener entradas? Voy a ver qué consigo en la reventa. Tengo unos pesos ahorrados. Vengo juntando pesito por pesito desde el Mundial anterior, al que no pude ir por un problema familiar. Vamos a ver qué podemos comprar”, se esperanzó.

    Más allá de su particular forma de ser y sus ganas de experimentar, a Luis también lo moviliza otro motivo.

   “A Messi nunca lo vi. Nunca vi un partido de Argentina que no sea un Mundial. Más allá de eso, a mí me gusta ver a Argentina, es el sentimiento que uno tiene por el país. Quiero que salga campeón”, se ilusionó.

   Todo esto que dice, tiene un sustento. El bahiense vivió una experiencia inolvidable en 1998, en Francia.

   “Un Mundial es una fiesta. Te encontrás con gente de todo el mundo que tiene una alegría inconmensurable por vivir esa fiesta”, entendió.

   “Para ese (Mundial)  -agregó- ahorré bastante tiempo, como ahora. Me endeudé mucho, pero fue otro tipo de viaje, con amigos. A Rusia voy solo, el que me quiera acompañar, que empiece a sacarse fotos”, bromeó.

   Para conocer cómo se vivirá el Mundial en la tierra de Putin, al Pelado sólo lo separan algunos días, un poco de suerte, buen fútbol del equipo de Sampaoli y 12 cuadros. Sólo 12 cuadros...

   “Si no logro venderlos todos, de alguna manera voy a ir...Voy a salir campeón y me vuelvo... Con los souvenirs de los que me dieron una mano, por su puesto”.

   Acá, te esperamos con los brazos abiertos, Pelado...

Otras historias de bahienses en Mundiales: La afeitada de la suerte y el Sapito Mundialista

   Seguramente más de una vez viste alguna publicidad que promociona un sorteo de un viaje a un Mundial y pensaste: ¿Será verdad? 

   Seguramente también, algún bahiense recuerde la bandera Villa Mitre en Sudáfrica 2010, que acompañaba la cara de Maradona en la pantalla gigante del Ellis Park de Johanesburgo, donde Argentina debutó ante Nigeria.

   La bandera hasta allá la llevó el bahiense Braian Alende. Pero a Braian lo llevó una marca de afeitadoras.

   ¿Cómo? "Fui a comprar una track, bah, en realidad, la fui a buscar al negocio de mi viejo (Mario), así que ni la pagué. Cargué el código de barra porque sorteaban pelotas, camisetas, etc. Nunca pensé que era por un viaje. A los dos o tres meses me llama una escribana que me había ganado un viaje al Mundial. Como no le creía, le corté. Al rato vuelve a llamarme y empecé a hacerle preguntas porque seguía sin creerle. Y sí... Me había ganado un viaje a Sudáfrica con todo pago", contó el Colo.

   "El premio incluía el viaje, estadía, bebida y comida, traslados, entradas en palcos FIFA, con tribuna exclusiva para los primeros tres partidos de Argentina (Nigeria, Corea del Sur y Grecia), excursiones por lugares típicos, un Safari y varias cosas mas", enumeró.

 Braian y la bandera de Villa Mitre, en las inmediaciones del estadio Soccer City en Johanesburgo, Sudáfrica.

   Pero más allá de la suerte de salir sorteado, a Braian lo ayudó tener tramitado el pasaporte, de lo contrario, no hubiera llegado a hacerlo. 

   "Lo primero que se me ocurrió cuando me enteré del viaje fue llevar algo de Villa Mitre. Y enseguida me ayudó un amigo y mi abuela a armar la bandera. Gracias a Dios se vio porque la pude poner encima de la pantalla gigante y esa foto, con la cara de Maradona, salió en todos lados. Ese día me escribió un montón de gente, me llegaron a decir que se podían morir tranquilos porque habían visto eso; fue todo muy loco", agregó.

   Más cerca en el tiempo y muchos kilómetros más acá, el Mundial en Brasil también dejó historias para contar.

   Una de ellas es la que vivió el bahiense Nicolás Fernández, junto a un grupo de amigos. Quienes, tras recorrer los casi dos mil kilómetros que separan Bahía Blanca de Novo Hamburgo (Estado de Porto Alegre) en un Fiat Spazio, vivieron días soñados en tierras brasileñas.

   "De los cinco amigos, dos tuvimos que ir en avión por los días en el laburo, pero los otros tres se fueron en el Fiat, estuvieron más de un día viajando e hicieron una parada en el medio, pero llegaron bien. Al auto le pusimos el 'Sapito Mundialista', porque era verde", contó Nico, quien trabaja como periodista deportivo en nuestra ciudad.

Nico y sus amigos , con D'Alessandro y el Sapito Mundialista.

   "Todos teníamos la ilusión de ir a un Mundial y cuando supimos que era en Brasil dijimos 'vamos a ir'; por suerte lo cumplimos. Fuimos a los cinco partidos que se jugaron en Porto Alegre, entre ellos Argentina-Nigeria, eso fue una locura de argentinos se calculaban alrededor de 100 mil. En Porto Alegre lo declararon feriado local; fue una revolución", recordó Nico.

   Brasil 2014 lo marcó tanto que al año siguiente fue a revivir esas sensaciones a la Copa América de Chile.

   "La verdad que sentí mucho más la rivalidad en Brasil que en Chile. A veces encontrábamos el auto todo sucio, o escupido, porque nos veían la patente argentina", contó.