Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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El Mundial de Rusia 2018, en Rusia: ¿qué mundial?

La cita que a los argentinos nos desvela el sueño cada cuatro años, poco inmuta a los habitantes de la Federación Rusa.

Por Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com
Desde Moscú, Rusia

   A sólo 23 días del inicio del Mundial de Fútbol, la pasión por el deporte de mayor repercusión en el planeta está siendo puesto a prueba en este país elegido como sede ecuménica.

   Esto es así porque, a excepción de algunos locales comerciales, en cuyos rincones se exhiben souvenirs limitados en llaveros, la mascota Zabivaka (pequeño goleador) y las pelotas de distintos tamaños de la Telstar 18, pocos de sus habitantes esperan con expectativa -hasta ahora- el sonido del silbato del partido inaugural entre los anfitriones y Arabia Saudita.

   Si bien el fútbol no es el principal deporte de Rusia, ya que el hockey sobre hielo saca ventaja (también al voley), llama la atención que el país no esté empapado, ni empapelado, con cuestiones alusivas al mundial.

   En este sentido, los compromisos de las principales firmas auspiciantes de este tipo de competencias para público masivo, de diversas representatividades y niveles socioculturales, brillan por su ausencia en la capital del país, que tiene casi 14 millones de habitantes, o en San Petersburgo, de 4 millones, de un total de 144 millones de la Federación.

   Pero tampoco en la gente se advierte ansiedad alguna por ver de cerca a los futbolistas estrellas que, en algún momento, acaso hayan podido disfrutar pero solo por tevé.

   "El fútbol no es tan importante para nosotros", dijo Irina, de mediana edad y residente en San Petersburgo.

   "Es cierto que falta poco para el torneo, y entiendo que más cerca de la fecha habrá más expectativas, pero el país no está pendiente del fútbol", agregó.

   También sostuvo que no es bueno que en tan poco tiempo (por la duración del certamen) llegue tanta gente a Rusia, ya que muchos servicios estarán colapsados. Del mismo modos, hay cierta aprehensión por cuestiones lógicas relacionados a la presencia de barras bravas o hooligans, cuando el tema de la seguridad (o inseguridad) está prácticamente resuelto en este país.

Sin promoción

   En los aeropuertos no existen promociones sobre el mundial, como tampoco en los taxis y en las ferias de ventas de ropa deportiva se ven lanzamientos de las nuevas camisetas de los países intervinientes.

   Tampoco se está al tanto sobre las reales posibilidades del equipo ruso, aunque se reconoce que no es candidato a llegar a las instancias finales. De todos modos, no parece ser este el motivo del evidente desinterés.

   A saber por lo consultado, y más allá de las programadas puestas en valor de sitios históricos, en toda Rusia la realización de obras, en especial viales y de infraestructura (en un ritmo frenético por una cuestión climática, ya que en los 8 meses de invierno es impensado hacerlas), no están relacionadas directamente con la realización de un mundial. De hecho, varias de ellas recién estarán listas cuando concluya el certamen.

   "¿Si se venden los souvenirs del mundial? Poco; muy poco. En realidad, quienes los compran son los turistas", sostuvo Oleg, un vendedor de la zona de la iglesia San Salvador sobre la Sangre Derramada, en San Petersburgo, en el noroeste ruso, donde la Argentina jugará con Nigeria el 26 de junio, a las 15, en el estadio Krestovski.

   Los precios de estos artículos no son desorbitantes. Dos ejemplos, la mascota en formato de llavero cuesta unos 180 pesos argentinos y la pelota del mundial, para niños, alrededor de $450.

   Algunos comerciantes han tomado recaudos y están haciendo descuentos del 25% en productos relacionados con el mundial, siempre y cuando la operación se realice con tarjeta de crédito. Se sabe, dentro de siete semanas ya nadie hablará del mundial.

   Ahora bien. ¿En qué piensan los rusos en este momento, en que gran parte del mundo, los argentinos incluidos sin excepción, están formateando la cabeza en modo mundial?

   "Nosotros entendemos que la salud es lo más importante", sostuvo Lara, una mujer moscovita.

   "Creemos que la cobertura se debe extender un poco más (NdR: es gratuita en los servicios esenciales), en especial para los tratamientos que son más caros", agregó.

   También hizo referencia a los salarios de los jubilados, que aún están pendientes de una actualización.

Las diferencias

   En Rusia -uno de los países de mayor desarrollo y crecimiento económico del mundo- la inflación es de un promedio interanual del 2,3% anual, un poco menos del 2,7% del mes de abril en la Argentina.

   El salario mínimo en Rusia es de alrededor de 12.000 rublos (200 dólares) y existe mucha diferencia entre un empleado de Moscú, donde la desocupación está por debajo del uno por ciento), uno de Kiev y otro de San Petersburgo. Claramente, el de la capital gana bastante más.

   La mayoría de los habitantes no saben la cotización del día del dólar respecto del rublo, una moneda considerada fuerte. Tampoco les interesa saberlo.

   En las últimas elecciones, Vladimir Putin logró el 76,6% de los votos y gobernará Rusia durante seis años más. Sumará 24 y, de concretarlo, solo será superado por Josef Stalin y el zar Nicolás II.

   "El país está lo suficientemente ordenado y eso, entiendo, quedó refrendado en la elección", dijo Artemio, de la capital Moscú.

   "Si bien existen algunas preocupaciones, no se llega al límite de las manifestaciones, de los cortes de calle y demás, tal como sucede en otros países. Y, ciertamente, un mundial no está en una de las preocupaciones", añadió.

   La mayoría de los rusos no conoce la lista de los 35 futbolistas de su equipo. Ni siquiera si son 35 o 48.

   Ahí, los argentinos sacamos una gran ventaja. Cada uno de los 45 millones ya tiene a los 23. Más, a los 11 que pondrá Jorge Sampaoli en el debut ante Islandia, el sábado 16 de junio a las 10, justamente aquí, en Moscú.

   Es que, definitivamente, a nosotros se nos va la vida con el fútbol y, en cambio, los rusos toman al fútbol como una parte -no trascendental- de sus vidas.

   Es difícil precisar que es mejor, pero se coincide en que somos claramente diferentes y ninguno lo oculta.


El turismo y algunos costos para poder moverse

   Invasión. El turismo desvela en preocupación a los rusos, que están viviendo una suerte de invasión por estos días, y nada relacionado con el mundial. Sabido es el crecimiento de movilidad social y económica de la población china, que también repercute en la posibilidad de hacer turismo internacional sin dificultades de ningún tipo.
   De visita. Por solo 1.000 dólares, pueden visitar Moscú y San Petersburgo durante siete días, con pasajes y estadía incluidos. Y como los chinos son más de 1.500 millones, este auge de visitas de sitios históricos y demás no pasa desapercibido aquí. Más que nada porque los chinos no son como los japoneses, más allá de lo que nosotros creemos que son de rasgos semejantes. Muchos son inquietos, ruidosos y no guardan formas convencionales de convivencia, por decirlo de alguna manera.
   Los sueldos. ¿Cuánto gana un empleado de comercio, o de una casa de comidas rápidas en Rusia? Alrededor de 30.000 rublos, que son cerca de 11.000 pesos argentinos. ¿Un alquiler de departamento céntrico en Moscú? Entre 8.000 y 10.000 pesos. En el interior del país los valores, lógicamente, son un tanto inferiores.