Asertividad sexual, la habilidad para expresar nuestros deseos
¿Comunicás a tu pareja las prácticas sexuales que te gustan o las que no? ¿Fingiste placer cuando en realidad no lo estabas sintiendo? ¿Qué es la asertividad sexual?
Todo encuentro sexual debe ser satisfactorio para ambos miembros de la pareja, sin importar si se trata de una pareja estable u ocasional. Para lograr un encuentro sexual placentero tenemos que aprender a comunicar de manera efectiva lo que nos gusta y lo que no nos agrada. Esta posibilidad de expresarlo o no se llama asertividad sexual.
La asertividad es la habilidad social que nos permite expresar nuestras opiniones, sentimientos, creencias, pensamientos y defender nuestros derechos, sin ofender ni agredir a los demás, o sentirnos mal por eso.
Si este concepto lo llevamos al plano de la sexualidad, lo definimos como “asertividad sexual” y es la posibilidad de decir nuestros deseos sexuales, sentimientos, pensamientos y fantasías al otro, sin ofender ni herir o sentirnos mal nosotros mismos.
Esta habilidad puede aprenderse o entrenarse. Hacerlo permite trasmitir cuáles son las necesidades más íntimas y como poder verbalizarlas. La comunicación erótica es algo que puede aprenderse. Hay que tener en cuenta que, muchas veces, nuestra pareja no puede adivinar lo que nos erotiza o lo que no nos excita.
Algunas personas con variada experiencia sexual suelen estimular a sus parejas con el mismo repertorio erótico, sin embargo no siempre la respuesta es cien por ciento satisfactoria o real.
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En el caso de algunas mujeres, debido a la dificultad para verbalizar lo que les gusta o no, suelen fingir sus orgasmos. Hacer esto es un gran error que termina conduciendo a las mujeres a vivir una sexualidad poco satisfactoria o displacentera, además de cargarse con un problema que luego será más difícil de abordar. Siempre es mejor expresar lo que gusta o lo que no gusta, lo que se quiere o lo que no se desea.
Las razones por las que a veces no somos asertivos sexualmente pueden deberse a la educación sexual escasa que hemos recibido. Esta falta de información ha llevado a que muchas personas desconozcan su cuerpo o las prácticas sexuales que podrían resultarle más placenteras.
Culturalmente hemos creído que el varón era quien debía iniciar sexualmente a la mujer, él podía expresar más abiertamente sus deseos sexuales. En cambio la mujer ha llevado por años una vida sexual más reprimida. Estas costumbres aún se conservan y hacen que muchas mujeres, por vergüenza o pudor, tengan baja asertividad sexual.
Ser asertivos sexualmente es una habilidad que puede aprenderse o se entrenarse. Para lograrlo hay que reralizar una breve autobiografía sexual que ayudará a reconocer el grado de asertividad sexual. Este conocimiento brinda información acerca de la manera de expresar y sentir la sexualidad. Si se ha sido capaz de pedir como nos gusta que nos acaricien, o como nos agrada que nos besen. Si se fingió placer y a que se debió. O si en algún momento tuvimos que realizar alguna práctica sexual con la que no estabamos de acuerdo y no supimos decir NO.
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Ser asertivos sexualmente es fundamental en nuestra vida íntima ya que no permitirá experimentar una sexualidad más placentera y satisfactoria. También mejora nuestra autoestima, nos ayuda a conocernos, nos acerca más al otro y nos ayuda a prevenir de abusos o prácticas no deseadas.
Hay que tener en cuenta que decir que NO también es asertividad sexual. Hay prácticas sexuales que son muy placenteras para algunas personas y para otras no. La función de la sexualidad es el placer además de la reproducción, por lo tanto hay que animarse a pedir lo que nos gusta, o a decir no a lo que nos disgusta. Siempre en un tono amigable, afectuoso y sin herir ni lastimar al otro, ni sentirte mal por eso. Ser asertivos sexualmente es un derecho.