Un boleto que hace historia

Redacción de La Nueva.

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A partir de marzo, un gran cambio se registrará en el transporte urbano local, con la puesta en marcha del boleto estudiantil gratuito, una medida (un reclamo) con décadas y décadas de recorrido y que finalmente se hará realidad.
La medida alcanza, en primer término, a los estudiantes primarios, secundarios y de jardín de infantes, quedando para una etapa posterior los alumnos de las universidades. 
Bahía Blanca se sumará así a una decisión de la gobernadora María Eugenia Vidal a mediados de 2016, aprobada por el congreso, y que ya se aplica en algunas ciudades bonaerenses.
“Con esta medida apostamos al acceso a la educación pública y gratuita; que no haya ningún obstáculo para que los chicos concurran a estudiar y para ayudar a los padres en su el sueño de que sus hijos lleguen a la Universidad”, señaló Vidal, justificando una ley que tiene cientos de antecedentes fallidos en cuanto a su implementación.
Incluso nuestra ciudad tiene una página singular en la materia, ya que una bahiense, María Clara Ciocchini, es una de las seis estudiantes desaparecidas en la tristemente célebre “Noche de los Lápices”, cuando la policía bonaerense secuestró a diez jóvenes que marchaban reclamando un descuento en el boleto.
La posibilidad de instrumentar este boleto se relaciona además con los avances tecnológicos del sistema de venta. 
La tarjeta SUBE, vigente en la ciudad, permite un seguimiento estricto de la cantidad de pasajeros transportados y distribuye de manera justa los subsidios que entrega el Estado nacional.
La calidad de gratuito del boleto es simbólica, ya que el dinero en rigor no saldrá del bolsillo de los estudiantes sino que serán aportados por la provincia -se cargarán en cada SUBE- a partir, según se indicó desde la gobernación, de ahorros logrados en distintas áreas del gobierno.
Los estudiantes bahienses, parte así de los 4 millones de alumnos bonaerenses que concurren a la escuela, tendrán una disponibilidad de 50 viajes semanales, para lo cual deberán cumplir un trámite correspondiente de empadronamiento. 
Es una importante decisión, que permite mejorar las condiciones de estudio y destinar un dinero que es de todos a usos realmente positivos.