Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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5 razones de la caída sin atenuantes de Olimpo en Rosario

Bajísima producción individual y colectiva en el Gigante de Arroyito.

Foto: Télam

1) La falta de rebeldía

   Este equipo de Olimpo carece de personalidad para afrontar su difícil presente. Ante Central, se cayó anímicamente ante la primera adversidad y no logró torcer jamás el rumbo del trámite. Temperley, en una situación idéntica en la tabla de los promedios, mostró ante dos grandes (Boca e Independiente) un mayor temperamento para pelear los partidos.

2) Sufre las pelotas paradas

   Christian Bassedas continúa sin poder encontrarle la vuelta a la marcación de los balones detenidos. Así como Racing le marcó los dos tantos en el Carminatti, el Canalla le abrió el marcador en la primera pelota parada que dispuso. Tanto Ojeda como Silva Torrejón perdieron sus marcas y Maximiliano González pudo desnivelar con tiempo y espacio.

3) No sostiene el ritmo

   Uno de los mayores déficits de Olimpo es la contención en el mediocampo. Con Porras fuera de estado físico, los volantes no consiguen presionar al adversario en tres cuartos. De ese modo, Central manejó la pelota con mucha libertad en la zona neurálgica. Y así como los volantes se retrasan para no dejar tantos espacios y no dejar tan expuesta a la retaguardia, Troyansky y Depetris quedan totalmente aislados en la ofensiva. El desequilibrio entre las líneas es muy evidente.

4) La cobertura de las espaldas

   Central aprovechó en cuatro ocasiones los lados ciegos de la defensa bahiense para ponerse 4-0. En los cuatro primeros tantos, dos jugadores locales (Maximiliano González, Andrés Lioi -en tres ocasiones-) aparecieron libres de marcas por detrás de los laterales para quedar de cara a Anchoverri.

5) Las individualidades

   La falta de jerarquía de varios de sus jugadores es desesperante. Apenas unas pinceladas de talento de Lucas Villarruel y el esfuerzo constante de Franco Troyansky se salvan de la intrascendencia de la mayoría.