Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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De 12 años, de 20 meses

Urgidos por una campaña que no los tiene como favoritos, los candidatos de Unidad Ciudadana se lanzan a los medios que siempre esquivaron. La táctica es obvia, buscar votos fuera de sus círculos cerrados.

Hasta aquí, no les está yendo muy bien. "En mi gobierno hubo hechos de corrupción, es innegable", admitió Cristina Fernández de Kirchner ante el diario español "El País". Agregó que ningún gobierno del mundo "está exento de corrupción", lo cual es cierto, pero acá se discute otra cosa: si se trató de casos aislados o hubo anuencia de la cúpula.

En un medio más cercano como Crónica, sostuvo que el Estado no es responsable por la tragedia de Once sino el maquinista por no frenar. En este momento se encuentra en el banquillo el ex ministro de Planificación durante toda la década ganada, Julio de Vido. Es un juicio para enloquecer a Freud. Entre los abogados querellantes figura Gregorio Dalbón, quien ataca con dureza a De Vido, pero es defensor de Cristina en la causa Hotesur. Solo en Argentina.

Aquí mismo en "La Nueva.", esta semana el compañero de lista de la expresidenta, Jorge Taiana, reconoció que el kirchnerismo se fue del gobierno con un 28% de pobreza, como indicaba la UCA. Severo contraste con la afirmación de CFK, quien defendió la cifra del 5% durante su último año de gestión. No parecen acostumbrados a que les pregunten.

Mientras, la campaña del oficialismo es escasa. Cambiemos está en la cresta de la ola casi sin saber surfear, presintiendo una victoria el domingo 22. ¿No hay cuestionamientos para hacer al actual gobierno? ¿No patinan en sus declaraciones los funcionarios? Totalmente sí. Por ejemplo, la deuda pública se multiplica y, pese a que la experiencia histórica es lapidaria, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, dijo que el gobierno va a cumplir con las metas fiscales y, por lo tanto, esa deuda "no es un problema". Arriesgado.

Eso, por no mencionar que la cifra del 28,6% de pobres que relevó el Indec, aunque muestra una tendencia a la baja, es la misma que admitió Taiana para diciembre de 2015.

En este escenario, el electorado que no eligió a unos ni otros en agosto parece más inclinado hacia el oficialismo. Es lógico, 12 años generan mucho más desgaste que 20 meses.