Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Di Stéfano: “El productor argentino necesita políticas de Estado más claras”

El economista dijo que el Gobierno debería analizar la posibilidad de dar beneficios impositivos a quienes presenten alternativas para unirse en un proyecto común y desarrollen negocios en escala horizontal y vertical.

Por Salvador Di Stéfano
agroeducacion.com


   En el centro del país comienza a observarse La Niña, el fenómeno de seca que pone en alerta a más de un productor y que debería preocupar al Gobierno. Un fenómeno de esta magnitud podría hacer reducir en un 30% la producción de soja.
   Resulta llamativo que el productor argentino no cuente con esta información a través de agencias especializadas del Gobierno. Es un buen momento para plantearse un servicio gratuito y eficiente para la producción argentina.
   El cambio de ministro en Agroindustria (Etchevehere por Buryaile) podría ser el puntapié inicial para este tipo de proyectos. La información es vital para el productor y, muchas veces, no parece estar disponible para la toma de decisiones.

Luis Miguel Etchevehere, ministro de Agroindustria.


   Nos alarma la falta de información para la toma de decisiones, como también la posibilidad de que el ministerio de Agroindustria sea reducido a una mera Secretaría. Si lo que se dice en off the récord es cierto, diría que estamos en problemas.
   El productor argentino necesita reconvertirse y reinventarse, pero para eso requiere políticas de Estado mucho más claras, y un acompañamiento en dicho proceso.
   El campo, sometido al negocio de agricultura, sólo da posibilidades de un negocio anual, a lo sumo dos cultivos, pero en este último caso la inversión es alta y, la liquidez, fundamental; es algo que no abunda.
   La extensión que cultivan los productores argentinos es baja, y sería necesario una explotación más intensiva. Para ello el Gobierno debería analizar la posibilidad de dar beneficios impositivos a aquellos productores que presenten proyectos para unirse en un proyecto común y llevar adelante negocios en escala horizontal y vertical.
   Esto implica crecer en la cantidad de hectáreas a producir y, por otro lado, ingresar en el maravilloso mundo del agregado de valor.
   Para encarar proyectos de mayor magnitud y asociados, el Gobierno debería dar incentivos concretos, como menos impuestos a aquellos que lo intenten, como por ejemplo baja de retenciones, impuesto a las ganancias más bajos si hay reinversión de utilidades y créditos a tasas subsidiadas; los gobiernos provinciales deberían aportar lo suyo; la baja del impuesto inmobiliario en estos casos particulares sería vital.
   En muchos casos, la asociación es vista como una amenaza, por la enorme cantidad de trámites que hay que realizar y la inversión que en que se debe incurrir para buscar escala. La idea es que la asociación no sea vista como una amenaza, sino que deberá ser una oportunidad de bajar la carga tributaria y tener crédito más abundante a un costo bajo.
   El ministro de Agroindustria declaró: “La mejora de la competitividad pasa por bajar la inflación, invertir en infraestructura y es un sistema tributario que incentive la inversión”. Confía en acuerdos sectoriales y promete facilitarles la vida a los productores.
   Nos parece una declaración brillante y, por eso, nos atrevemos humildemente a hacerle este aporte. Ojalá el ministro tome estas ideas y las someta a estudio.
   Necesitamos más apoyo a los productores que, producto de inclemencias climáticas, falta de policías públicas, y un sistema financiero que no otorga créditos adecuados, hoy están en problemas y, en muchos casos, a punto de desaparecer.
   Los precios de las materias primas son muy bajos. No queremos un dólar recontra alto; tampoco uno súper bajo.
   La necesidad de mayor información para la toma de decisiones es vital, en especial en materia climática, y comercialización.
   En este último caso, sería adecuado para el mayor volumen y liquidez de los mercados de futuros que todo crédito otorgado al agro tenga como requisito la constitución de un seguro de precio para, de esta forma, integrar a los bancos al mercado de futuro, y darle más liquidez a los futuros, call y put, que son vitales para mejorar la rentabilidad del sector.
   Ojalá estas líneas puedan aportar al debate del campo que viene. En Agroeducacion estamos preparados para ese debate y trabajar juntos para la Argentina que viene.