Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Seguirá detenido hasta el juicio el policía que era catequista y está acusado de abusar a un nene

 La justicia de Garantías hizo lugar al pedido de la fiscalía y decretó la prisión preventiva.

Archivo LN.

   Seguirá detenido hasta el juicio oral un efectivo policial que se desempeñaba como catequista en una parroquia bahiense y está acusado de abusar sexualmente de un nenede 8 años.

   La justicia de Garantías hizo lugar al pedido del fiscal Mauricio Del Cero y decretó la prisión preventiva de José Luis Andersen.

   El hombre, de 54 años y quien hasta a principios del mes pasado se desempeñaba como ministro de la eucaristía en una capilla dependiente de la parroquia San Roque, cumplía funciones como teniente primero en la seccional Segunda y fue desafectado por la auditoría de Asuntos Internos.

   El caso fue denunciado hace poco menos de dos meses por la madre del nene, luego que le contara lo que estaba sucediendo.

   Al momento de pedir la detención del policía a la jueza de Garantías Nº 1, Gilda Stemphelet, el fiscal describió que los hechos habrían ocurrido entre junio y agosto de 2017, en una vivienda de calle Drago al 2200.

   Manifestó que el hombre era allegado a la familia de la víctima y que lo amenazaba apuntándole con su arma reglamentaria para que no contara nada.

   En la causa consta la declaración del menor mediante el sistema de Cámara Gesell, durante la cual manifestó que los hechos habrían ocurrido en al menos 13 oportunidades y que el imputado lo amenazaba de muerte colocándole la pistola en la sien.

   Además de los testimonios de los padres del chico, también declaró una trabajadora social de la escuela a la que concurre el pequeño y un hermano del mismo.

   Al ser indagado en la sede de la UFIJ Nº 14, Andersen hizo uso de su derecho y se negó a declarar.

   Tras la detención del efectivo, el sacerdote brasileño Mauro Henrique Cantanhede Ferreira, párroco de San Roque, sostuvo que "esto shockea a toda la comunidad, es difícil para todos, no hay palabra".

   El sacerdote aseguró que el acusado tenía un vínculo con la familia del menor y que no veía en él una conducta extraña: "A mí me llevaba a todos lados, siempre estaba disponible".

   "Hoy creas o no creas, la Iglesia tiene una imagen de credibilidad baja, uno intenta levantarla pero hay casos puntuales que no ayudan", aseguró.