Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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“No quiero llegar a comparar, pero era un caso parecido al de Micaela”

Guillermo, el padre de una chica de 12 años que estaba siendo víctima de un ciberdelito,  dio detalles del frustrado ataque. “La estaba llevando a hacer lo que él quería”, advirtió. 

Foto: Archivo y Rodrigo García-LN.

   “Lo agarramos a tiempo, porque esto es gravísimo” fue la síntesis conceptual expuesta por el padre de una menor que, a través de las redes sociales, estaba siendo manipulada por un joven mayor de edad, en un claro caso de grooming.

   “Ella no le quería mostrar el teléfono a mi señora, pero cuando yo lo agarré, vi las conversaciones que mantenían a través del programa Instagram. Ahí vi todo lo que estaba hablando con este muchacho. Y debido a ello hice la denuncia”, comentó Guillermo, cuyos demás datos filiatorios no son dados a conocer para resguardar a la víctima.

   “La nena tiene 12 años y él, desde un principio, sabía que ella tenía esa edad. Él se presentaba con su propia identidad pero, primero, le dijo que tenía 16 años, después 19 y, al final, le manifestó ‘te mentí, tengo 21’”, comentó el hombre, quien aseguró que “también se habían contactado a través de Facebook, pero nunca de manera personal”.

   Como generalmente ocurre en ente tipo de contactos virtuales “las charlas eran de contenido sexual, siempre, desde el primer momento”, aseguró Guillermo.

   El hombre reconoció que “no estoy muy bien con el tema de las redes (sociales), pero sé que ella recibió una solicitud y la aceptó. Luego, cuando hicimos la denuncia y entraron en el Facebook (del imputado), se supo que no chateaba solamente con mi hija, sino que lo hacía con un montón de menores”. 

   “Estaba rara”

   “Me mostró una cosa del WhatsApp y yo le agarré el teléfono, pero me lo sacó. Y ahí empecé a sospechar. Además, la madre me había dicho que estaba rara, porque contestaba; había modificado su comportamiento, haciendo algunas cosas no común de su edad”, aseguró Guillermo.

   La historia suena similar a la experimentada por una importante cantidad de preadolescentes, fundamentalmente niñas -estadísticamente el 85% de los ciberdelitos investigados están vinculados a la pornografía infantil-, pero el descubrimiento de la situación no siempre es parecido. En cualquiera de los casos, la reacción inmediata permitirá evitar un daño mayor.

   “Hace dos domingos hicimos la denuncia en la comisaría Quinta, pero todo empezó hace, más o menos, un mes y medio, cuando comenzaron a mantener la charla. Y en un mes dejó de hacer caso, no quería mostrarle el teléfono a la madre y le contestaba (mal), cuando ella no es de hacer esas cosas. Es como que la estaba llevando de a poquito a hacer lo que él quería y ella le seguía los pasos”, consideró Guillermo.

    “No quiero comparar, pero era un caso parecido al de Micaela (Ortega)”, la niña hallada muerta el año pasado, luego de estar 35 días desaparecida, y que en el primer juicio por un caso de grooming seguido de muerte fue sentenciado a prisión perpetua a Jonathan Luna, acusado del femicidio.

   Admitió también que su hija “en el momento, se negó a mostrarme el teléfono y sacar la clave. Me tuve que poner firme para que lo hiciera. Y cuando entré en el programa vi todo”. Así confirmó su sospecha.

   El hombre recordó la respuesta espontánea de la menor.

   “Le dio vergüenza, lloraba. Esa fue la reacción. Nunca pensé que eso pudiera pasarle, por como era ella; pero la madre se dio cuenta de cómo fue cambiando, por las actitudes que tenia”, reconoció el entrevistado.

   Trágica referencia

   Aseguró que “recién esta semana, una después de haberse hecho la denuncia, ella se fue dando cuenta de los riesgos. Ahora habla, cuenta lo que hizo. Lo primero que le dijimos fue ‘acordate lo que pasó con Micaela’, porque ella siempre supo lo que ocurrió con esa nena, porque nosotros lo vivimos a través de la televisión desde el primer día que la encontraron y le hablamos de lo que podía pasar con ciertas personas, como este tipo, que son depravados. Ella eso lo supo y ahora se lo recalcamos; reconoce que se mandó una macana”.

   Guillermo es padre de otras dos mujeres, la mayor de 18 y la menor de solo 3.


   Declaró que “siempre la llevamos nosotros a la escuela y la traemos, no la dejamos sola en ningún momento. Si no voy yo, va la madre... La mayor sospechaba, pero ella no le mostraba el teléfono, porque este tipo le decía ‘vos no mostrés nada, borra todo’ y ella seguía los pasos que el tipo le decía”.

   Las indicaciones del acosador eran las habituales en estos casos.

   “Con psicólogo”

   “Le pedía fotos y le decía ‘avisame cuando te vayas a bañar y mandame fotos’. Ella está en una edad en la cual es chica para algunas cosas y grande para otras, pero esto le rompió el esquema... Ahora está con psicólogo, en tratamiento, yendo todos los días. Eso la va a ayudar un poco”.

   La primera en sospechar fue la hermana mayor.

   “Se dio cuenta porque ella le preguntaba 'qué significa esto, que significa aquello' que eran cosas que le decía este tipo. Entonces la hermana le decía ‘de dónde sacaste eso, para qué querés saber, tenés tiempo, todavía sos chica’. Ahí empezó a sospechar...”, según Guillermo.

   El hombre no se siente solo en su pretensión de que se haga justicia.

   “Una chica del grupo de madre de Micaela me vino a ver. No sé cómo se enteró, pero enseguida vino a ofrecer su apoyo. Nosotros le vamos a poner el esfuerzo para que este tipo no salga”, concluyó el vocero.

   Aguardan un peritaje

   La justicia está investigando el hecho y, en ese marco, se realizó un allanamiento en una vivienda ubicada en Salinas Chicas al 4200, de Villa Harding Green, donde fueron secuestrados elementos que deberán ser periciados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

   “El allanamiento fue solicitado por la fiscalía interviniente y hubo elementos incautados, pero en la causa no hay imputado porque todavía no se conocen los resultados de las pericias a los que serán sometidos. Y eso puede llevar alrededor de dos meses”, confirmó un vocero judicial.

   El procedimiento en cuestión fue realizado a principio de esta semana, por orden del doctor Guillermo Mércuri, a cargo del Juzgado de Garantías Nº 2, respondiendo a una solicitud, en ese sentido, presentada por el fiscal Mauricio del Cero, titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 14, especializada en delitos sexuales.

   En el allanamiento realizado en Harding Green fueron incautados un CPU y teléfonos celulares, pero como durante el cumplimiento de la diligencia fueron hallados 500 gramos de marihuana, los uniformados intervinientes aprehendieron a Lupita del Pilar Grande, de 54 años y a sus hijos Fernando Andrés (21) y Mario Ignacio Irigoy (26).

   Todos quedaron a disposición del fiscal Jorge Viego, a cargo de la UFIJ Nº 18.

   “La investigación por la denuncia en el caso de grooming señaló que desde esa casa se habría realizado el acoso, pero no está determinado fehacientemente quién fue el autor del hecho”, se aclaró.