Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

Un juez que no honró su cargo

Resulta llamativo el grado de impunidad con que Eduardo Freiler se desempeñaba en su rol de magistrado.

En una decisión inédita, el jurado de Enjuiciamiento de Magistrados destituyó, por mal desempeño, al camarista Eduardo Freiler, tras verificarse (y comprobarse) un incremento injustificado de su patrimonio, evidenciado por las severas omisiones que el magistrado ensayó en sus declaraciones juradas.

El tribunal falló con seis votos a uno para apartarlo de su cargo de la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, en un fallo que, entre sus considerandos, menciona que Freiler “no honra su cargo”, al haber falseado datos, y que el incremento de su patrimonio y sus gastos “no guarda relación con sus ingresos”.

Estas actitudes, además de ser ilegales e indebidas, conforman una conducta que, de acuerdo al mismo fallo, “representan faltas demostrativas de la pérdida de aptitudes imprescindibles para que un juez merezca la confianza pública”.

Es llamativo que, además de la conducta cuestionable de Freile, este juez se haya manejado con un importante halo de impunidad.

Ejemplo de eso es haber comprado una mansión de mil metros cuadrados a pocos metros de la residencia presidencial de Olivos, un inmueble que 1,2 millones de dólares por el cual pagó -de acuerdo a sus papeles- apenas tres millones de pesos.

Resulta por demás preocupante que Freiler se haya desempeñado durante tanto tiempo en su cargo a pesar de las muestras de su enriquecimiento, que no se puede justificar salvo que reciba dinero extra, proveniente de su participación en casos resonantes y sumamente delicados, desde el robo de bebés en la última dictadura, pasando por el atentado a la AMIA, hasta la causa Hotesur que involucra a la familia Kirchner.

Fue además el magistrado que desestimó la apertura de la investigación propuesta por el desaparecido fiscal Alberto Nisman contra la entonces presidenta de la nación, Cristina Fernández, acusada (nada menos) de traición a la patria.

Freiler ya no está en su cargo. Parece una decisión lógica, necesaria y justa.

Es apenas una muestra de un camino que la justicia argentina exige y necesita recorrer cuanto antes.

La búsqueda de honestidad y la trascendencia de volver a creer en un poder que es clave para cualquier democracia.