El festival mapuche de Los Toldos, un encuentro con su cultura ancestral
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Corina canale
corinacanale@yahoo.com.ar
“Los tejidos son cartas que hay que saber leer, porque cada color, cada símbolo, nos cuenta algo. Hay diseños como la guarda pampa que antes adornaba sólo los ponchos de los caciques, de los loncos, y que contaban sus triunfos”.
“Para nosotros esa guarda ahora significa el sendero de la vida, por la que se sube y se baja”, me contaron en una comunidad mapuche de Neuquén, a la que la provincia le otorgó tierras con todas las de la ley.
No obstante dejaron en claro que “somos argentinos, tenemos documento, votamos, somos ciudadanos de este país”.
Mercedes Arambarri, del organismo turístico municipal de General Viamonte, cuenta que el Festival del Telar Mapuche, que se realizó durante 10 años y se descontinuó porque se había desvirtuado en su esencia, fue la simiente de este, del que, dice, “decidimos retomarlo con el hilado y los tejidos, pero sumando talleres, seminarios, música, gastronomía y, también, arte”.
EL objetivo es que los ojos de la moda se posen en Los Toldos, la Capital de la Moda Mapuche, para conocer las milenarias técnicas de los tejidos que han sido mejoradas por las nuevas generaciones de artesanos, quienes diseñan prendas, en especial ponchos, “para que duren cien años”.
Pretenden que los grandes modistos, del país y del exterior, adopten estas prendas y diseños en algunas de sus colecciones.
Se trata de emitir un mensaje de pertenencia, integración y convivencia, que este Festival Mapuche 2017 ayudará a reafirmar desde Los Toldos, el pueblo natal de Eva Perón y donde está el Monasterio Benedictino del padre Mamerto Menapace.
La mujer que el mundo conoció como Eva Perón nació el 7 de mayo de 1919 en la Estancia La Unión, y su humilde casa del pueblo, con placas recordatorias, es Museo Histórico Municipal.
Los Toldos es el sitio de la provincia de Buenos Ares al que en 1861 llegó desde la Araucanía la comunidad mapuche del cacique Ignacio Coliqueo, oriundo de Temuco, Chile.
Descendía del bravío Caupolicán, el líder indio que resistió a los españoles. De sus tolderías el pueblo tomó su nombre.
Para este Festival Mapuche se formó un Taller de Hilado y Tejido Artesanal, en el que se explica cómo es la cadena productiva, que comienza con la esquila de las ovejas y la limpieza de los vellones, para luego hilar la lana y lavarla.
Los colores se obtienen sumergiendo las madejas húmedas en tintes naturales con un mordiente.
Se estima que desde la esquila hasta el producto terminado se necesitan unos 4 meses. Luego, en el tejido en sí, se necesita gran habilidad para realizar los cruces y descruces de los diseños. De tratarse de prendas se necesitaría, si es posible, conocer a quién va a vestirla.
Este año habrá profesionales en Técnicas de Tejidos que darán talleres prácticos y seminarios gratuitos.
Con los miembros de la comunidad se recorrerán “Los Caminos de La Tribu”, contando historias y anécdotas de los tiempos en que el general Mitre reconoció a Coliqueo como “cacique principal de los indios amigos y Coronel del Ejército Nacional”.
También hablarán de las hierbas medicinales, contarán cómo las usan y compartirán recetas de cocina.
El festival propone un acercamiento integral a la cultura del pueblo, y a su cosmovisión, dentro de la cual la araucaria, que ellos llaman pehuén, es su árbol sagrado, el que nutrió con sus frutos a la gente en tiempos difíciles.
La música está representada por el kultrun, vocablo del mapudungún, la lengua mapuche, y un instrumento infaltable en las rogativas espirituales y en los machitunes, los rituales curativos. Emite un sonido monocorde, lánguido y seco.
Debe montarlo un conocedor de la cultura, que talla su cuerpo con troncos de canelos y laureles. Adentro colocan semillas para los cultivos; tierra para la fertilidad; cereales para la abundancia; monedas para la prosperidad y yerbas para la salud.