Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

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UOCRA: el dedo en la llaga

La voz de la gobernadora Vidal ha sonado: es hora de que todos tomen el guante y trabajen para poner las cosas en su lugar.

La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, lo hizo una vez más: se metió con las mafias.

En este caso, con un sector que está tan enquistado que está en el sistema de la corrupción que nadie parece prestarle demasiada atención, y su accionar fue aceptado por los afectados sin mayores cuestionamientos.

En su visita a nuestra ciudad, la titular del Ejecutivo bonaerense habló de una “intervención mafiosa” del sindicato de la construcción en varias obras hoy paralizadas en el sur de la provincia, como resultado de ciertas actitudes y exigencias que condicionan a las empresas constructoras a desarrollar su trabajo.

Vidal anticipó que se recurrirá a la Justicia buscando frenar estas actitudes, así como también al ministerio de Trabajo para que lleve adelante las acciones necesarias para poner freno a acciones no solo inadecuadas sino que además no se corresponden con la ética.

La respuesta de la delegación local de la UOCRA fue inmediata. Presentó un escrito utilizando una frase nazi -“miente, miente que algo quedará”-, calificó de “persecutorias declaraciones” a las realizadas por Vidal y aseguró que las mismas buscan “demonizar la dirigencia sindical”.

En el cruce de acusaciones aparecieron las entidades que agrupan empresas constructoras, adhiriendo a los dichos de Vidal en relación de exigencias y condicionamientos habituales de la UOCRA a la hora de contratar a determinados proveedores, establecer ciertos servicios y exigir salarios fuera del convenio laboral.

No es novedad el manejo que ha realizado históricamente la UOCRA en materia laboral. No lo es para los trabajadores, ni para los contratistas, ni para las empresas.

Es parte de un sistema ya establecido de coimas, de arreglos y otros desmanejos a los cuales las propias empresas han sabido adecuarse para no tener constantes conflictos en sus obras.

Es vox pópuli que es casi imposible poner en marcha trabajos “si no se arregla con la UOCRA”, que suele preocuparse por la seguridad e integridad de sus trabajadores hasta tanto se convengan ciertas cuestiones a favor a los propios gremialistas.

La voz de Vidal ha sonado y es hora de que todos tomen el guante y trabajen para poner las cosas en su lugar.