Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Silvio Manzotti, el midgista que viajó 18 horas para poder competir en el Encuentro Nacional

Un pozo en la ruta, a la altura de Rufino, demoró el viaje de ida más de lo previsto. Repasá toda su aventura en la siguiente nota.
Fotos: Gentileza Silvio Manzotti.

Por Gonzalo Martínez / gmartinez@lanueva.com

   "O nos gusta mucho el midget o estamos totalmente locos". La confesión de Silvio Manzotti, midgista bahiense, coronó su narración sobre la odisea que vivió junto a su equipo el pasado fin de semana en el Encuentro Nacional de Midgets en Vila (Santa Fe).

   La aventura comenzó cuando cargó en el trailer su midget, el de Leiza Grill y los de Esteban y Néstor Mancini. ¿En el horizonte? Un viaje que duró ¡18 horas! 

   —¿Cuándo tomaste la decisión de ir a representar al Club Midgistas del Sur?

   —Arrancó como un chiste, en una charla con mi señora. Le planteé la idea de ir a Vila y terminó pegando fuerte. Se entusiasmó ella y también mis mecánicos. Cuando nos quisimos acordar, ya habíamos diagramado todo el viaje.

   "Puse a disposición de los pilotos un trailer para llevar tres midgets más (NdeR: es propietario de un servicio de transporte y auxilio mecánico) por un costo menor al de cualquier camión mosquito o flete. Eso -pensaba- me iba a servir para amortizar un poco los gastos..."

   No obstante, el viaje se encareció mucho más de lo que imaginaba.

   "Salimos el viernes al mediodía, y teníamos pensado llegar a las 11 o 12 de la noche, pero en Rufino nos comimos el pozo que se comió todo el mundo y rompimos las cuatro cubiertas. Recorrimos todo el pueblo para conseguir unas nuevas. Compré 2 y cruzé los dedos para llegar con las otras. Eso nos quitó las pocas horas que teníamos de descanso, ya que arribamos el sábado a las 7 de la mañana", se extendió.

   —Entonces bajaron los midgets del trailer y salieron a la pista...

   —Salimos sin probar a la clasificación. A todo esto, tuvimos que hacerle una corredera a la reductora del midget de Esteban (Mancini) para que pueda correr. Clasifiqué bastante bien, pero reventé la primera reductora. Después tuvieron problemas Leiza (Grill) y Néstor (Mancini). Creo que trabajamos más de lo que disfrutamos...

A destajo. Así trabajaron en el box de Manzotti para poder poner el auto en pista.

   "La mayoría de los pilotos se fueron a dormir a los hoteles, pero nosotros nos quedamos adentro del box porque llevamos prácticamente medio taller y no quisimos dejar las herramientas ahí. Estábamos en el medio del campo", detalló.

   —¿Los autos también durmieron ahí?

   —Sí, aprovechamos y nos quedamos cuidando los cuatro coches. Dormimos un rato en el gazebo con todas las comodidades que llevamos: colchones inflables, calefacción, luminaria... Pero a las 6 de la madrugada del domingo ya estábamos arriba para trabajar en el auto. No fuimos los únicos. Los cordobeses llevaron luces de colores y armaron hasta un boliche.

Desde temprano. A las 6 de la mañana del domingo comenzaron a trabajar en el auto N°55.

   "Fue una experiencia única. Correr con midgets de otra categoría, con motores diferentes y otros tipos de manejo, además de convivir durante dos días con los mecánicos, fue una idea fenomenal", relató Manzotti.

Nada de hoteles lujosos. El equipo durmió en la pista. Al menos calefaccionaron la carpa...

   Para cerrar, el bahiense agradeció a sus mecánicos y a todos los que compartieron la estadía en representación del Club Midgistas.

   "A la familia Mancini ya la conocíamos, pero nos llevamos una grata sorpresa con los integrantes del equipo de Leiza Grill. Conocimos personas espectaculares, y eso es lo bueno de haber compartido este viaje", cerró.

   Como si fuera poco, el regreso desde la localidad santafesina hacia nuestra ciudad (nos separan casi 1.000 kilómetros de distancia) se extendió desde las 5 hasta las 18 del lunes, totalizando 31 horas de ruta.

   Si eso no es pasión...