Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Debutó con Rosario, pero eligió Cipolletti, donde se convirtió en ídolo

El Ruso Strack (67) dejó el fútbol profesional pero no las canchas.
Foto: rionegro.com.ar

  "El Ruso ya peina canas, usa anteojos para no perder el foco, corre menos que en los 80, pero aún conserva virtudes que lo llevaron a ser uno de los grandes ídolos del club Cipolletti. La humildad, los códigos de vestuario y el amor por la pelota que sigue vigente a sus 67 años", dice la crónica que publica hoy el rionegro.com.ar sobre un puntaltense que eligió el Valle rionegrino para triunfar en el fútbol y la vida.

  Se trata del puntaltense Enrique Strack, que debutó muy joven en el Club Rosario Puerto Belgrano, donde brilló como un volante central "elegante, talentoso y de gran personalidad".

  Ahora, retirado del fútbol profesional, pero no de las canchas sigue con la misma pasión: "'Todos los miércoles nos juntamos a jugar. Después tenemos que hablar del partido, así que nos comemos un asado', dice Strack, con una sonrisa jocosa y carismática, marca registrada de su personalidad."

  El Ruso, casi un huérfano, vivía solo en las instalaciones del club Rosario, donde "jugaban por unos pocos pesos" y por un trabajo que el club le había conseguido de administrativo. Pero nunca imaginó que en Cipolletti iba a poder vivir del fútbol y formar una familia.

(Strack, abajo segundo desde la derecha)

  "Yo enloquecía por jugar, pero no pensaba en nada más. Tampoco conocía Cipolletti. Cuando me instalé no me quise ir más, acá tengo mi familia, mis tres hijos son cipoleños", cuenta.

  Hermanados

  El Ruso Strack todavía jugaba en la Liga del Sur y los encuentros entre Rosario y Olimpo de Bahía Blanca eran bravos. En el equipo aurinegro jugaba Rubén "el Bambi" Flores, otro ídolo grande de la región, pero entre ellos no había una buena relación.

  “Era un jugadorazo y muy difícil de marcar, lo mataban a patadas. Eran grandes partidos”, recuerda el Ruso.

  En una práctica de la selección, Flores se lo recomendó al directivo de Atlético Regina, Rodolfo Santángelo.

  —¿Vos me recomendaste a mí? —le retrucó Strack.

  —¡Sí! —respondió secó el Bambi.

  —Buenos, vamos —respondió.

  Así comenzó la travesía del Ruso por la región acompañado por Flores, que con el tiempo se convirtió en un "hermanos de la vida": jugaron juntos en Atlético Regina, Cipolletti y Alianza.

  Loco por Cipolletti

  “Yo me volví loco cuando llegué acá. Vinimos con el Bambi Flores a jugar a Atlético Regina”. Fue la primera y única vez que el Albo rionegrino llegó a las ligas mayores. Fue en el año 1974.

  A fin de año se fueron a Las Grutas unos días antes de volver cada uno a Punta Alta y a Bahía. Mientras veraneaban en la costa, un agente de Cipolletti les ofreció ponerse la casaca albinegra, el Ruso no se la sacó hasta el 87, con las excepciones de su paso fugaz por Alianza y Huracán de Parque Patricios.

(Con Cipolletti, parado junto al arquero)

  Como había hecho en Rosario, se instaló en la pensión del club.

  En el 87 dejó el fútbol profesional, se casó, formó una familia y se fue a vivir a su casa de Teniente Ibáñez, que aun conserva.

  "Me casé cuando dejé el fútbol. Las dos cosas no se puede. Si hubiese sido técnico no habría tenido familia, porque le tenés que dedicar mucho tiempo y no te queda espacio para tu gente", dice Strack, que trabaja en un empresa de seguros en Cipolletti. (rionegro.com.ar)