Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Las fechas de siembra están condicionadas por los cambios de las estaciones

“El verano se extendió hacia la primavera y el otoño y el invierno se ha reducido. El clima seguirá cambiando”, manifestó Matilde Rusticucci, de la UBA y el CONICET.
Las fechas de siembra están condicionadas por los cambios de las estaciones. Con el campo. La Nueva. Bahía Blanca

Guillermo D. Rueda

grueda@lanueva.com

   “En muchas regiones de nuestro país el verano se ha extendido hacia la primavera y el otoño. El invierno se ha reducido, así como el número de heladas. Sabemos que las fechas de siembra tienen que cambiar porque cambiaron las estaciones; es decir, el clima cambió y va a seguir cambiando”.

   Lo dijo Matilde Rusticucci, doctora en Ciencias de la Atmósfera en la Universidad de Buenos Aires e investigadora del CONICET.

   “En nuestro grupo de investigación estamos trabajando en pronosticar excesos o bajas de temperatura y excesos o déficits de precipitaciones para el próximo trimestre”, agregó.

   “Es una herramienta que pensamos le va a poder dar al productor una herramienta para prepararse de cara a los próximos meses”, sostuvo Rusticucci, al plantear otra de las derivaciones del anunciado cambio climático.

   En tal sentido, comentó que las lluvias van a aumentar en el norte y en el este del país, y más en verano que en invierno.

   Respecto de las respuestas a nivel de tecnologías de predicción climática, Rusticucci dijo que falta avanzar más en el pronóstico estacional.

Matilde Rusticucci, del CONICET.

   La investigadora dijo que el problema del cambio climático surge cuando se comienza a ver que aumenta la temperatura media anual global sostenidamente a lo largo de los años.

   “Esto se da, por lo menos, desde comienzos del siglo XX, donde se registró un aumento muy significativo y el aumento fue más pronunciado a mediados del siglo XX”, afirmó.

   Por ejempo, el año 2016 fue el más cálido en los últimos 168 años.

   “Este aumento sostenido, con altas y bajas, llevó a que 2015 fuera récord absoluto, un año Niño, de calentamiento del océano Pacífico central”, explicó Rusticucci en la página de Agrofy.

   También dijo que este fenómeno fue acompañado de un récord de gases de efecto invernadero.

   El dióxido de carbono, que es el ocasionante del cambio climático, también alcanzó marcas históricas.

   “Son valores que no tienen antecedentes en los últimos 800 mil años”, dijo Rusticucci.

   “Con estudios paleoclimáticos se puede ir hacia atrás para comparar los números actuales con el pasado”, aseveró.

Temperatura en alza

   “Analizando el índice de temperatura media global anual y las concentraciones de gases de efecto invernadero en el futuro, todas las proyecciones dan aumento de temperatura”, comentó la especialista en clima.

   “Este aumento de temperatura puede ser un grado más que hoy, o hasta 4 grados más que hoy”, dijo.

   “Va a depender de cómo el hombre trabaje con esas emisiones de gases efecto invernadero”, agregó Rusticucci, en la jornada de actualización técnica por los 20 años de Don Mario.

   Respecto de la afectación de los cultivos, Rusticucci afirmó que, a nivel global, se ha comprobado que el trigo, el maíz y el arroz fueron los cultivos más complicados en el rendimiento como consecuencia del cambio climático.

   “La soja no mostró disminución en el rendimiento; por el contrario, en algunos casos demostró un aumento, lo que implica que el clima lo favoreció”.

Desarrollo y pronósticos

   En la misma dirección planteada por la investigadora del CONICET, el meteorólogo Leonardo De Benedictis afirmó que, dentro del negocio agropecuario, los productores usan cada vez más la herramienta de la meteorológica.

   “Se ha mejorado bastante en pronósticos en los últimos 10 años, aunque admito que falta mucho desarrollo”, aseguró.

   Sostuvo que hubo un cambio rotundo en la tecnología para este tipo de proyecciones.

   “Antes, para hacer una proyección a 9/10 meses se tardaba eso, por lo que cuando tenía el resultado ya no lo necesitaba... Hoy, a diario, se procesan cuatro o cinco veces al día esas proyecciones, donde se pueden hacer promedios y estadísticas”, agregó De Benedictis, en diálogo con “La Nueva.”.

   También aseguró que los productores saben que los pronósticos a corto plazo se realizan con un porcentaje de acierto de alrededor del 90%.

Leonardo De Benedictis, meteorólogo y consultor.

   Respecto del nivel de la temperatura, el meteorólogo comentó que se viene una fuerte tendencia de ascenso, en especial de las mínimas.

   “Si uno toma la mínima y la máxima de los últimos 100 años, lo que se aprecia es una pronunciada curva de ascenso en las mínimas, pero no tanto en las máximas”, explicó.

   “Esto hace que los inviernos no sean tan fríos. La cantidad de días con heladas del año 2000, comparadas con 1950, son muy inferiores a las actuales”, afirmó De Benedictis.

   “Durante el verano es probable que haya continuidad. No hay factores que indiquen que la temperatura empiece a bajar. Puede haber un año más frío que otro, pero será efímero en una tendencia”, contó.

   “En verano no se nota tanto la variabilidad, porque juega la máxima. Por caso, ahora empezó el estrés térmico en las vacas”, manifestó.

   “Cuando la temperatura no baja de los 23º, el cuerpo humano, los animales y hasta las plantas no descansan y no se recuperan, aunque la máxima no pase de los 31º”, sostuvo De Benedictis.

El escenario que prevé Sierra

   “Se va a poder plantar una zona grande y, la muy probable llegada del fenómeno La Niña, da un escenario que permitirá tener una buena cosecha”.

   Lo aseguró el ingeniero agrónomo Eduardo Sierra, asesor climático de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

   Respecto de la evolución del clima, Sierra dijo que si bien la desembocadura en el Río de la Plata está muy caliente, más al norte, en el Ecuador, tiende a enfriarse y recién ahí habrá un fenómeno La Niña.

   “Como dato que permite ratificar esta previsión, los huracanes son más fuertes en los años de La Niña”, explicó.

   “Los pronósticos, aunque varían, indican que tendríamos una Niña para diciembre (venidero), aunque no lo podemos asegurar, pero hay más chances que el año pasado”, sostuvo Sierra, en un tramo del panel Escenario Climático, que se realizó en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el marco del lanzamiento de la campaña gruesa 2017/2018.

   También dijo que, para esta primavera, las lluvias van a ser tipo El Niño y destacó que las cosechas grandes se dan —paradójicamente— cuando se inunda la cuenca del Salado.

   En este mismo sentido, anticipó que puede haber granizo hacia el mes de diciembre.

Eduardo Sierra, climatólogo de la UBA.

   “Un panorama de riesgo que vamos a enfrentar con mucha vulnerabilidad”, aseguró.

   “Para este mes de octubre se prevén heladas en todo Buenos Aires, para noviembre heladas en el sudeste bonaerense; para diciembre un mes muy cálido, el mes más cálido de la temporada, lo que permite estimar que se va a poder plantar una zona grande”, explicó el ingeniero Sierra.

   “En el verano van a empezar a bajar los anegamientos. No parece tan caluroso, pero con heladas tempranas a fines del mes de marzo, lo que da un riesgo térmico por bajas temperaturas al inicio del otoño”, anticipó.

   En este escenario, Sierra proyectó que con la llegada de La Niña el otoño va rendir bien toda la zona del oeste semiárido.

   “Esto permitirá mejorar la cosecha, aunque va a cambiar la zona del impacto”, manifestó el especialista de la UBA.El ingeniero Eduardo Sierra recordó los tres últimos períodos en que se dio el fenómeno de El Niño en la Argentina, acaecidos en el mes de diciembre 1982 y enero de 83; en 1997 y en la campaña 2015/2016.

   “En la última ocasión sucedió lo peor, ya que nos tomó mucho más expuestos”, aseguró.

   “Mientras que en el período 82/83 el área sembrada fue de 14 millones de hectáreas cultivadas, la mayor parte en la zona núcleo; en 1997 se pasó a 22 millones de hectáreas, con una parte en la zona inundable, y en 2015/2016 a 32 millones de hectáreas, con muchas más en las zonas inundables”, detalló.

   “El incremento del área cultivada nos hace más vulnerables”, advirtió.

   Sierra también dijo que la ganadería ha sido desplazada por la agricultura y, por lo tanto, cada fenómeno El Niño que haya nos encontrará más vulnerable.

   “Todo el sudoeste de la provincia de Buenos Aires y de San Luis, que en esta fase húmeda producen muy bien, sufren las zonas bajas”, comentó.

   “Los años húmedos hacen producir bien a las zonas semiáridas; muy bien a la zona núcleo e impactan gravemente en la zona húmeda”, detalló Sierra.

   También dijo, respecto del clima, que “nunca vamos a tener la perfección”.

   “Desde la campaña 2012/13 a la fecha venimos produciendo cada vez más, porque ese agua hace producir a la zona semiárida, así como a la zona núcleo, pero tienen impacto muy grande en la zona húmeda”, sostuvo el ingeniero Sierra.