Un borrego por $ 302.000 y 33 años de ausencia
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Guillermo D. Rueda
grueda@lanueva.com
“Si no se pudo aliviar algunas de sus cargas (del campo) es porque (…) necesitamos repartirlas para que los sectores que tienen mayor capacidad puedan aliviar a los de menores ingresos. Estamos todos impacientes y preocupados por alcanzar una etapa de crecimiento y lograr la reconstrucción. No sigan alimentando la impaciencia, porque termina generando perturbaciones que aprovechan los pescadores de río revuelto”.
La declaración corresponde a Antonio Tróccoli, ministro del Interior, el domingo 7 de octubre de 1984, en la inauguración de la Exposición Rural de Bordeu.
Debieron pasar 33 años para que un funcionario del mismo rando de la Nación suba las escanilatas de la tradicional tribuna para dar un discurso. Se concretó el último domingo, cuando Rogelio Frigerio, ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, dejó inaugurada la 133º edición de la muestra.
“Este crecimiento es distinto al de otras épocas, ya que se basa en la inversión y en las exportaciones y, ahora, en el consumo. Sé que a alguno le puede parecer lento, pero cada paso es firme y para no volver atrás. Cada reforma llegó para quedarse”, dijo Frigerio.
Agustín y Néstor Aldazábal, Jorge Meier y el Gran Campeón.
Anteriormente, Néstor Cenoz, titular de la SRBB, dijo: “No podemos darnos el lujo de una nueva frustración. Esta es la responsabilidad principal de quienes ahora nos gobiernan”.
Si bien comprendió que la corrección de los desequilibrios debe ser gradual, advirtió que “cuando los problemas no se arreglan, después es más difícil solucionarlos”, en alusión al mayor problema que afecta al sector: el sistema tributario.
Bordeu dejó varios registros inolvidables más. Por ejemplo, se vendió el GC borrego de Jorge Meier en 302.000 pesos (el 50% lo compró Néstor Aldazábal, de Dorrego), mucho más que los $ 150.000 del GC Angus (de la cabaña Quequén Sur, de Serafín Sillero, en El Perdido; lo adquirió Orlando Arrechea Harriet) y 200.000 pesos del GC Polled Hereford (de Santa Paula, de Juan Manuel Garciarena, en Estela; lo compró Ceferino Varela, de Copetonas).
En total, se vendieron reproductores por 15.605.700 pesos, un 14,59% más respecto del año anterior ($ 13.618.700). De esa cifra, $ 14.052.000 se comercializaron en bovinos; $ 1.361.700 en ovinos; $ 99.600 en porcinos y $ 92.400 en equinos.