Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

La gran epidemia de viruela y el cementerio de Colina Doble

Se magnificó un hecho real en Punta Alta. La primera comenzó a fines de diciembre de 1905 y la segunda en febrero de 1936: a un marino de la Armada le diagnosticaron la enfermedad.
Se asoció la existencia de dos epidemias de viruela en Punta Alta con la creación del cementerio de Colina Doble. La primera se originó en 1905.

Claudio Falzoni

cfalzoni@lanueva.com

Otro de los mitos que pretende explicar los orígenes del cementerio de Colina Doble es el de la gran epidemia acontecida en Punta Alta.

Según la leyenda, el cementerio fue creado para enterrar a los fallecidos en una terrible enfermedad infecciosa que asoló la ciudad a comienzos del siglo XX. Las tumbas blancas e iguales serían indicadores de la gran mortandad que se produjo en la ciudad y el Puerto Militar.

El profesor Gustavo Chalier expresó que la versión magnificó un hecho real: la existencia de dos epidemias de viruela en Punta Alta, pero que nada tienen que ver con la formación de la necrópoli

El integrante del Archivo Histórico Municipal recordó que Colina Doble fue el primer cementerio de Puerto Belgrano y Punta Alta.

"La primera de epidema comenzó a fines de diciembre de 1905, cuando se reportaron seis casos de viruela, pertenecientes a dos familias procedentes de Brasil. Las autoridades municipales de Bahía Blanca (de quien Punta Alta dependía por ese entonces) ordenaron el inmediato aislamiento de los infectados en un paraje alejado del núcleo más poblado".

Dijo que fueron ubicados en una precaria construcción en la zona de Ciudad Atlántida y se restablecieron sin complicaciones.

"Por ese entonces, según el censo municipal de 1906, Punta Alta contaba 7500 habitantes, por lo que los seis afectados representaban un mínimo porcentaje de la población".

Puntualizó que más grave fue la segunda epidemia, desatada en febrero de 1936 cuando un marino de la Armada fue diagnosticado con dicha enfermedad.

"Según parece el foco de este virus procedía de la Guerra del Chaco, librada entre 1932 y 1935 entre Bolivia y Paraguay. Prisioneros de ambos ejércitos estacionados en el norte argentino propagaron la enfermedad. Un marino, Victorio Monticelli, se contagió en una licencia y todavía en la fase de incubación, regresó a Punta Alta".

"A los días, la enfermedad comenzó a manifestarse. De inmediato fue aislado en una sala de infecciosos en el Hospital Naval. Las autoridades municipales dispusieron como medida preventiva la vacunación obligatoria de toda la población. Para finales de febrero había 5 mil personas vacunadas, en una población total de 15 mil habitantes. Monticelli se recuperó, y las medidas fueron dejadas de lado".

En abril volvieron a aparecer nuevos casos. La primera víctima fatal fue Isabel Pérez de Sabattini, a quien le siguió Juan García. Personal técnico recorrió la ciudad vacunando a domicilio y se estableció un cordón sanitario".