Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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El Juzgado de Paz tiene casa propia

Fue en la mañana de ayer, en coincidencia con el año de su centenario. Está ubicado en Paso 633. Natalia Miguel / nmiguel@lanueva.com

Quedaron formalmente inauguradas ayer las instalaciones propias del Juzgado de Paz de Coronel Rosales.

Las amplias y cómodas instalaciones se encuentran ubicadas en Paso 633.

De esta manera, se logró un objetivo largamente esperado por el servicio que hasta la semana anterior funciona en reducidas dimensiones, en el edificio del Centro Cívico, en Paso y Rivadavia.

El organismo está acargo del juez de Paz letrado, doctor Norberto Arévalo, quien debió aguardar las autorizaciones pertienentes desde la Corte de la Provincia para poder habilitar las nuevas dependencias.

Allí se realizaron trabajos de remodelación y readecuación para habilitar el lugar de acuerdo a las necesidades del Juzgado.

Se debieron hacer intensos trabajos en las áreas de informática, electricidad, telefonía y servicio de calefacción.

Todo ello con mano de obra de empresas privadas y con el supervisión de las áreas correspondientes de la Corte, que además dispuso para los últimos días un equipo especialmente preparado para el traslado del mobiliario y las documentaciones, y las últimas adecuaciones de la prestación, que durante la semana anterior mantuvo una guardia para atender sólo casos de emergencia.

En la mañana de ayer, las autoridades del Juzgado invitaron a los medios de prensa para conocer el lugar, consistente confortables oficinas para atención de denuncias, un espacio para habitual recepción de los abogados y secretarios de estudios jurídicos, la oficina del juez, entre otras reparticiones.

La profesora Romina Amarfil, del equipo de trabajo del Archivo Histórico Municipal de Punta Alta, realizó una investigación sobre la historia del Juzgado en nuestro medio.

En su escrito, dice que Corría el año 1916, cuando un 21 de agosto, quedó formalmente inaugurado el Juzgado de Paz de la sección tercera del partido de Bahía Blanca, con asiento en Punta Alta. Como primer juez, el Poder Ejecutivo de la Provincia nombró a Pío Ferreyra y para actuar como secretario a Isaac Fernández. Éste venía a resolver conflictos simples de índole civil y comercial entre los pobladores, mediante conciliación entre las partes.

En los primeros tiempos el cargo de juez era ad honorem; ocupado por ciudadanos probos, cuyo requisito indispensable era saber leer y escribir. Duraba un año en su función y podía ser nombrado nuevamente por un período. El juez de Paz era nombrado por el Poder Ejecutivo de la Provincia a propuesta de una terna del Concejo Deliberante municipal. En 1978, se implantó la Justicia de Paz Letrada en la Provincia. Desde entonces, el cargo de juez de paz debía ser ocupado por un letrado.