Con la gran pasión por el dibujo, en todos los momentos y lugares
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"Toda la vida me gustó pintar y dibujar. Mi madre tuvo mucho que ver en el desarrollo de esta pasión. Ella es maestra jardinera y pinta. La miraba pintar y, de alguna manera, la fui copiando. No obstante, no me imaginaba como estudiante de una carrera relacionada con el arte. Me gustaba la docencia o el traductorado. Pero ahora el arte es mi vida", expresó Bárbara Ardissino a "La Nueva.".
La estudiante de Bellas Artes expone su muestra en la agencia local de este diario, ubicada en Humberto Primo 504, de lunes a viernes, de 10 a 16, y de los sábados, de 9 a 13.
"En la escuela secundaria me pasaba haciendo dibujos y mis compañeros siempre me preguntaban si me iba a dedicar a esto. Una amiga se inscribió en la Escuela de Bellas Artes y me invitó a probar. Empecé en 2013, aprendí lo básico de cada rubro. Y ahora, que me estoy amigando con el diseño gráfico y la computadora, decidí terminar como ilustradora", agregó.
Aseguró que, independientemente de sus estudios, nunca dejó de dibujar ni pintar.
Realizó bocetos, pintó murales, experimentó con la prensa y el grabado, trabajó con acuarelas, acrílicos y óleos, ilustró con carbonilla, lápices, pasta y tinta china. Y en la actualidad aceptó los desafíos del diseño gráfico.
"Con la tinta china me desenvuelvo con mucha soltura. Es fácil de corregir y hasta de mejorar la integridad de la obra", comentó.
"El dibujo es especial para mí. Me pasaba --y a veces lo hago en la actualidad-- que en la clase atendía a las profesoras y, al mismo tiempo y sin desconcentrarme, dibujaba con los papeles que tenía a mano", dijo.
Consideró que dicha actitud la ayuda a comprender mejor.
En agosto de 2014, y a instancias de un grupo de madres de alumnas del Instituto Canossiano, adonde formalizó sus estudios secundarios, fue invitada para pintar un mural alusivo a las campañas antiaborto.