Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Una actitud desafiante de Macri

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa de Gobierno.
Fotos DyN y Archivo La Nueva.

   El presidente Mauricio Macri ya vino desde su descanso de fin de semana largo en Villa La Angostura con la decisión tomada: ponerse al frente con dichos y gestos de la respuesta del gobierno a la marcha de protesta de la CGT y los movimientos sociales en Plaza de Mayo para reclamar cambios en la política económica.

   "Estos muchachos no entendieron nada de lo que pasó", le dijo un Macri malhumorado al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, durante la reunión que mantuvieron a solas poco antes del mediodía en su despacho de la Casa Rosada.

   Ese mismo enojo, dicen fuentes oficiales, se le notó más temprano en la mañana durante la reunión con su mesa chica, integrada en esta oportunidad por Marcos Peña, los vicejefes de Gabinete Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis, y el asesor José Torello.

   Se refería obviamente al resultado de las PASO del 13 de agosto donde el gobierno considera que recibió un gran espaldarazo nacional a su gestión más allá del ajustado resultado en Buenos Aires, donde el escrutinio definitivo que se conocerá este viernes le daría el triunfo por algunas décimas a Cristina Fernández.

   Macri, como Triaca que lo expresó muy temprano en un par de reportajes radiales, está convencido de dos datos: primero, que la marcha de la CGT es antes que nada la dilucidación de una interna gremial para definir quién se queda en el futuro inmediato con el control de la central obrera.

   De la que participan la conducción de la entidad de la calle Azopardo que encabezan Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Héctor Daer, las dos CTA que conducen el kirchnerista Hugo Yasky y el neocristinista Pablo Micheli, y el camionero Pablo Moyano.

   Y segundo, más preocupante todavía desde la mirada oficial, que la ex presidente "metió la cola" para darle un sentido absolutamente electoral a la marcha de hoy, fogoneada por dirigentes que le responden de manera incondicional como el líder del poderoso gremio bancario, Sergio Palazzo. En el gobierno están convencidos que el hijo de Hugo Moyano y Palazzo son "gurkas" que lo único que les importa es declararle un paro nacional al macrismo.

   "Me desilusionan algunos dirigentes, hacen marchas que no conducen a nada en lugar de poner el hombro para que los argentinos vivan cada día un poco mejor", es otra de las frases que los voceros le escucharon a Macri durante las reuniones de esta mañana.

   "La marcha es innecesaria, inoportuna y tiene tufillo político y electoral", había dicho en la misma línea el titular de la cartera laboral en aquellas declaraciones a la prensa. El ministro tampoco se privo de chicanear a los dirigentes cegetistas: "cuando (Aníbal Fernández) decía que en Alemania había más pobres que en la Argentina todos ellos se callaron la boca", les lanzó.

   En ese plano de actitud desafiante, el presidente buscó generar su propio impacto para defender las políticas laborales de su gobierno de las quejas cegetistas. A la misma hora en la que se realizaba el acto central de la concentración en la Plaza de Mayo, Macri participó en el Salón Eva Perón de un encuentro con jóvenes del programa "Primer Empleo".

   Se trata de jóvenes que consiguieron trabajo durante la gestión de Cambiemos a partir de planes y programas implementados por los ministerios de Trabajo y de Desarrollo Social en empresas que se habian comprometido a incorporar más personal. Una dinámica que dicen en el gobuierno tuvo su mejor comportamiento en el segundo trimestre de este año con la aparición de los llamados "brotes verdes".

   La intención de esa foto fue evidente: mostrar por contraste con los protestantes cómo mediante una adecuada planificación se pueden resolver problemas sin llegar a medidas extremas como la que impulsaron la CGT, las dos CTA, los movimientos sociales y los tradicionales partidos de izquierda.

   El presidente ordenó además responderle a los dirigentes sindicales con cifras en la mano: el INDEC distribuirá probablemente esta semana datos oficiales que muestran que entre julio de 2016 y el mismo mes de este año el gobierno logró crear casi 190.000 nuevos puestos de trabajo formales en la industria y la construcción, dos de los sectores que más mueven la economía.