Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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CFK 2019: Carlotto y unos cuantos más

Estela de Carlotto vendría a ser la punta del iceberg. Debajo de la polémica titular de Abuelas se esconde un montón de dirigentes más, y algunos empiezan a salir a la luz, que consideran a Daniel Scioli como un presidente de transición, a la espera del regreso triunfal de Cristina Fernández dentro de cuatro años.

A Carlotto, se sabe, ya le respondió el propio Scioli, quien dijo que ejercerá el poder con todos los atributos que le da la Constitución, y que no será un presidente de transición. Se sabe también que no sólo encumbrados colaboradores del gobernador, sino por caso la cúpula de la CGT oficial que comanda Antonio Caló, ya dijeron que trabajan “para un proyecto de ocho años” del exmotonauta al frente de la Casa Rosada. Siempre, claro está, que primero gane las elecciones de octubre y eventualmente la segunda vuelta de noviembre.

Podrían estar en problemas, porque apenas un repaso de la interna que comienza a vislumbrarse entre el sciolismo y el cristinismo permite descubrir que son unos cuantos, más de los que quisiera Scioli, los que le auguran apenas un interinato de cuatro años.

Para empezar a Carlotto se le sumó este fin de semana otra incondicional que tampoco suele hablar sin un guiño de la jefa, como Hebe de Bonafini. Dijo que ella también aspira al regreso de Cristina en 2019. Y de paso le marcó la cancha a Scioli como para que vaya tomando nota. “Me estoy poniendo naranjita para acostumbrarme a algo que no me gusta”, lanzó. Y remató: “Muchachos, estos cuatro años van a ser de sangre, sudor y lagrimas”.

Vale un repaso, según fuentes inobjetables de la Casa Rosada, de cuántos más piensan lo mismo y por ahora no lo dicen, o lo hacen por señas y sutiles mensajes. El mismísimo Carlos Zannini, compañero de fórmula de Scioli, aspira a que Cristina vuelva en el siguiente turno. Lo mismo que Máximo Kirchner, el líder de La Cámpora y seguramente uno de los que controlará el plan retorno desde la banca que conseguirá en Diputados. Va de suyo que Axel Kicillof es de los más entusiastas a la hora de apuntalar el regreso, con el agregado de que en medio de aquel revuelo que causó la declaración de Carlotto, dijo que “todos (Scioli) saben que el liderazgo será siempre de Cristina”.

Otros que van en el mismo tren son varios de los integrantes de la cúpula de la organización que conduce Máximo, como Andrés “Cuervo” Larroque, José Ottavis y Juan Cabandié. A mitad de camino, aunque si tuviese que decidir no quedan dudas que lo haría por el plan retorno, se queda Eduardo “Wado” De Pedro. El secretario General, a quien Cristina considera su hijo del corazón, debe guardar las formas porque justamente ha sido designado “nexo” entre el gobernador y la presidenta en temas de campaña.

No hay que olvidar entre los esperanzados con el retorno de Cristina a casi todos los intelectuales de Carta Abierta, con Ricardo Forster a la cabeza. Lo mismo que la nube de actores que llenan el Salón de las Mujeres cada vez que se los convoca para algún anuncio, y el grueso de los intendentes o caciques del conurbano que en la previa a las PASO jugaron a favor de Aníbal Fernández, a quien Scioli no quería ver ni en fotos y que, tras el resultado de la interna contra Julián Domínguez, no tuvo más remedio que aceptar un acercamiento.

La lista de diputados y senadores que quieren que Cristina vuelva en 2019 llenaría media página. Pero con nombrar a Diana Conti alcanza. Lo mismo que entre el elenco de ministros y secretarios, salvo excepciones, todos juegan para el mismo lado, con Agustín Rossi como expresión que los engloba y Florencio Randazzo como la excepción que marca la regla.

Por último, aunque siguen las firmas, un dato no menor: todos las organizaciones sociales del kirchnerismo reunidas en el colectivo Unidos y Organizados (Miles, Kolina, Movimiento Evita, Nuevo Encuentro, Frente Transversal, Juventud Peronista, etc.) sueñan con el retorno de ella en 2019.