Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Recalde quiere a un radical en su fórmula

Mariano Recalde quiere a un dirigente radical como segundo en la fórmula de candidato a jefe de Gobierno porteño con la que competirá en las elecciones del 5 de julio. Pero la decisión final, dicen en la Casa Rosada, está en manos de Cristina Fernández. El preferido del titular de Aerolíneas -que finalizó tercero en las PASO detrás de Pro y de ECO- no es otro que Leandro Santoro, jefe de la agrupación “Los Irrompibles”, que milita en el sector minoritario de la UCR que comanda el exsenador y también convertido a las filas del kirchnerismo, Leopoldo Moreau.

Recalde y Santoro, como un anticipo de lo que podría venirse y que anunciaría el dirigente de La Cámpora mañana durante el acto de lanzamiento de campaña para la primera vuelta, se mostraron juntos el último domingo en una recorrida por el barrio de Caballito.

“Mariano quiere sorprender con la fórmula con un radical porque cree que atraería muchos votos del radicalismo en la ciudad, pero siempre estas decisiones como tantas otras tienen que pasar por el filtro de la doctora, que es la que tiene la última palabra”, dijo ayer un funcionario de la secretaria General de la Presidencia a cargo de Eduardo “Wado” De Pedro.

La decisión de Recalde fue expuesta por él mismo en una reunión con dirigentes de la agrupación que conduce Máximo Kirchner y otros kirchneristas del distrito que se realizó el lunes en la sede del Frente para la Victoria de la calle Piedras. El encuentro fue convocado para realizar un análisis del resultado electoral del 26 de abril y las líneas generales para relanzar la campaña con la mira en las generales de julio.

Sin rastro del sabor amargo que dejó esa elección en la Casa Rosada y en el camporismo, y sin huellas del papelón que significó anticipar un resultado alejado de la realidad como fue decir que habían quedado segundos detrás de Pro y a cinco puntos de Lousteau, Recalde y el comando de campaña se mostraron abiertamente optimistas sobre el futuro.

Allí se dijo que el Frente para la Victoria “estará en la segunda vuelta” para dirimir con Horacio Rodríguez Larreta. Y en ese esquema es que encajaría Santoro y su presunto “arrastre” de votantes del radicalismo detrás de la fórmula que lo llevaría como vice. Un deseo que por ahora no se compadece con los primeros sondeos que se manejan en despachos oficiales, en los cuales el FpV debería remar mucho para desplazar a ECO del derecho al balotaje en julio próximo.

Llamó la atención la ausencia en esa reunión de la mayoría de los otros seis candidatos que se presentaron a las PASO porteñas y que, en conjunto, no alcanzaron juntos a sumar los votos que obtuvo Recalde.

En especial se destaco el faltazo de Gabriela Cerruti, de Nuevo Encuentro. El dato no es menor: en el búnker de Piedras se daba por sentado que la legisladora porteña sabe que no sería ella la elegida para completar la fórmula con el presidente de Aerolíneas, un espacio al que aspiraba sin demasiados disimulos. Su pobre cosecha en las internas, apenas un 2 por ciento de los votos, habrían sellado su destino de exclusión. Tampoco estuvieron presentes, al parecer por las mismas razones, otros precandidatos que no superaron la barrera de los dos puntos, como el banquero Carlos Heller y el exintendente porteño Aníbal Ibarra.

De todos modos, una decisión adoptada en Piedras buscó atemperar esas divisiones: se acordó que todos los precandidatos serán integrantes del comando de campaña de Recalde. Una manera de suturar algunas heridas que quedaron de aquel paso por las urnas de abril y de paso mostrar signos de unidad.

Entre mate, café y jugo de naranja, Recalde y su flamante comité de campaña redondearon el primer discurso para atraer radicales e independientes: vocear a los cuatro vientos que Lousteau no es otra cosa que “una colectora” de Mauricio Macri.