Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Tinelli sacude la interna K

Amado u odiado, según sea desde dónde vienen los elogios y los misiles, Marcelo Tinelli se convirtió en las últimas jornadas en piedra de la discordia dentro del gobierno nacional y de la puja interna entre candidatos a suceder a Cristina Fernández. La saga tuvo como se sabe su punto elevado durante el fin de semana, cuando comenzó a mencionarse la posibilidad nada menos que de una candidatura a gobernador de Buenos Aires del conductor de Show Match, apadrinado por Daniel Scioli y presuntamente por el mismísimo Máximo Kirchner.

El telón de fondo de semejante disputa es, al parecer, los deseos de Tinelli, antes de pensar siquiera en incursionar en la política y menos todavía en una candidatura en la provincia, de ser el futuro presidente de la AFA. Una pretensión que ya le generó sonoros rechazos de Aníbal Fernández, a quien podría identificarse como el principal enemigo del conductor en el gabinete y en los despachos de la Casa Rosada. "No va a ser presidente, no puede y no se van a modificar los estatutos", disparó ayer el jefe de Gabinete.

La historia es breve: Tinelli necesita cuatro años de militancia como dirigente de la entidad de la calle Viamonte, vía su vicepresidencia en San Lorenzo, para postularse a la titularidad de la casa donde reinó Julio Grondona. No le alcanza por ahora ya que registra tres años de actividad. A menos que se modifiquen los estatutos. Aníbal, presidente en uso de licencia del club Quilmes, pertenece a la vieja troika de dirigentes que defiende la continuidad de Luis Segura hasta el fin de su mandato, en 2016. Y que su sucesor sea un dirigente de esa corriente, y no de la "camada joven" que entre otros integran Tinelli, Matías Lammens y la “Brujita” Verón.

Los que defienden a Tinelli dentro del gobierno aseguran que tiene el visto bueno de Máximo para ir por el sillón de la AFA, y que eso quedó sellado en una presunta reunión que ambos mantuvieron semanas atrás en la residencia de Olivos. El jefe de Gabinete descree de esa versión y dice que proviene de una clásica operación de prensa de quienes quieren sacar provecho de esa relación del conductor con el cristinismo puro. "No me consta que se haya hecho esa reunión, yo hablé con el pibe (por Máximo) y no me comentó nada", lo volvió a destratar el quilmeño.

El aporte de Scioli a esta saga viene por el lado de su conveniencia política y de sus aspiraciones de ser ungido por la doctora para ser candidato presidencial. El gobernador dice en privado que lo peor que le podría pasar a la campaña del oficialismo es tener a Tinelli de enemigo y desplegando todo su histrionismo contra el gobierno desde su programa. A su lado todos recitan como un credo aquel lamentable calvario que le hicieron vivir a Fernando de la Rúa en uno de los programas de Showmatch.

No es Aníbal el único que no quiere saber nada con Tinelli. Cerca de Florencio Randazzo, el otro fuerte aspirante a la bendición de la doctora, consideran que ese acercamiento de su rival en las PASO con Tinelli es una prueba más de su vieja prédica sobre la mala mezcla de política y farándula que tanto ha esgrimido para incordiar al exmotonauta.

Más cáusticos, en otros despachos oficiales ligados a la política comunicacional K dicen que todo no es más que una formidable puesta en escena, un montaje al que se han prestado algunos funcionarios, para promocionar la inminente reaparición del “Bailando por un Sueño”, el exitosísimo programa que este año entre otros promete la actuación de Alberto Samid, hombre de consulta diaria de Scioli y de quien se dice que sería uno de los que más fogonea la idea de ofrecerle la candidatura a gobernador bonaerense.

La presidenta, dicen los que saben, por ahora “lo mira por TV” y deja hacer a su hijo, encantada ella también de asegurarse que se libraría de no ser blanco de críticas y chicanas durante el curso de aquel programa “de la corpo”.