Verde, todo verde

David Roldán

droldan@lanueva.com

Mientras nuestro planeta deambula entre la subsistencia y el riesgo de un final, siendo el hombre el único culpable de que esto pueda ocurrir, no faltan aquellos que nos sorprenden, día a día, con acciones que no sólo buscan revertir ese camino, sino que lo cargan de belleza.

Es el caso de Patrick Blanc, un botánico francés hoy conocido en todo el mundo por ser el iniciador del movimiento de los jardines verticales.

Con una visión muy particular, ha podido desarrollar espectaculares proyectos arquitectónicos en los que se adosó una vegetación como nadie antes había imaginado en la fachada de esas construcciones.

No fue de la noche a la mañana que comenzó su obra, sino que antes visitó el este de Asia y sus selvas tropicales, observando sus especies vegetales acuáticas. Ahí comenzó a estudiar la botánica tropical.

Y comprobó que las plantas no necesitan exclusivamente tierra para subsistir, pues esta sólo un apoyo mecánico.

Alcanza con el agua y los diversos minerales disueltos en ellas, más la luz y el dióxido de carbono.

Hoy son diversas las nuevas maravillas que se distribuyen en el planeta.

Como el vestíbulo del Icon Hotel de Hong Kong, la espectacular librería Dussmann das KulturKaufhaus de Berlín, el bello complejo Life Marina de Ibiza y el Grand Palais de París.

Verde por fuera, verde hacia arriba y a los costados. Verde, con la esperanza de que este mundo no desaparezca...