Una casona que es un ejemplo
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La Universidad Nacional del Sur ha demostrado en más de una oportunidad su vocación por dar el justo valor a varios de sus bienes inmuebles, aquellos que forman parte de su historia y otros a los cuales ha sumado a su patrimonio para ponerlos en valor e incorporarlos a su patrimonio académico y cultural.
La Casa de la Cultura, en la avenida Alem 925, en un ejemplo de ese tipo de decisión. Adquirida por la UNS, y luego de servir a distintas dependencias, se convirtió en un espacio dedicado a una rica variedad de actividades, además de alojar áreas administrativas. El edificio colonial es uno de los modelos más relevantes del patrimonio arquitectónico local.
En 2011 también tomó una decisión trascendente. Luego de dejar de lado rumores que hablaban de una posible venta o demolición, decidió la recuperación, puesta en valor y readecuación de la casona de Rondeau 29, que llevaba más de 20 años de abandono.
hoy reconvertido en el Centro Histórico Cultural, tiene un valor histórico único. Construido como una típica casa de patios -los tradicionales conventillos de fin de siglo XIX-, su disposición hizo que fuera adecuado para ser utilizado por establecimientos educacionales.
Así, en 1918, se funcionó allí la Escuela Nacional de Comercio, una de las fundacionales de la educación secundaria local.
En 1948 comenzó a funcionar en el lugar el Instituto Tecnológico del Sur, el gran logro de la ciudad en materia educacional, el paso que permitió, apenas ocho años después (1956), la creación de la Universidad Nacional del Sur.
En esas habitaciones-aulas se dictaron las primeras clases de la que fue la primera universidad del interior del país ubicada en una ciudad no capital.
Por eso el inmueble en cuestión fue rescatado por la UNS, que no se “asustó” de su mal estado edilicio y proyectó arreglos y adecuaciones necesarios para su recuperación.
Hoy es un referente de la casa, su agenda está ocupada todo el año con una variada diversidad de eventos y ahora se procederá a su ampliación mediante un auditorio y otras dependencias.
Una señal clara y contundente para una ciudad que puede crecer y evolucionar sin que eso signifique borrar las inestimables marcas de su historia.