Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Homenaje a Rucci

Escribe Mario Minervino

Hace 44 años, en septiembre de 1973, un impactante y conmovedor cortejo fúnebre partió desde la delegación regional de la Confederación General de Trabajo (CGT), de Mitre y Rodríguez, como muestra de pesar por el asesinato del gremialista José Ignacio Rucci.

Un día antes, Rucci, de 38 años de edad, se dirigía a casa de uno de sus hermanos. Por estar amenazado de muerte solía cambiar frecuentemente sus hábitos. Poco antes de ingresar a la vivienda, los autos de la custodia estacionaron sobre la vereda.

Pero apenas descendió Rucci, comenzó el caos. Explosiones, disparos de armas desde automóviles y viviendas vecinas pusieron fin a la vida del dirigente, exactamente dos días después de que la fórmula Perón-Perón se impusiera en las elecciones presidenciales.

En nuestra ciudad, la noticia sacudió al ambiente político y de inmediato la CGT organizó una capilla ardiente en Mitre y Rodríguez. Allí concurrieron dirigentes locales, legisladores, sindicalistas, trabajadores y el intendente municipal, señor Eugenio Martínez.

Lentamente, decenas de coronas iban ganando su espacio en la sede.

Luego de una misa celebrada por el presbítero Tomás Guzmán, se organizó una caravana de vehículos que transportaba un féretro vacío hasta la necrópolis, con paradas frente a la comuna, la Unión Obrera Metalúrgica y el local del Partido Justicialista.

En el osario del cementerio quedaron las ofrendas florales y se calificó el asesinato como “un atentado contra el pueblo, contra su conductor y contra la clase obrera”.

El asesinato de Rucci fue asumido años más tarde por la organización Montoneros, junto a otros dirigentes “ajusticiados” por haber sido responsables de la denominada “Mataza de Ezeiza”, en ocasión del regreso de Juan Domingo Perón a nuestro país.