Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

Cuando colapsó el aeropuerto

La última semana, el aeropuerto bahiense mostró una fisonomía que hace décadas no tenía. Su sala de espera desbordada de viajeros, varias naves en la plataforma, un movimiento de personas que dejó en claro que la terminal aérea estaba tomando un protagonismo en materia de transporte que ya parecía olvidado.

Es cierto que parte de lo ocurrido obedecía a que una importante tormenta de nieve en la Patagonia había dejado fuera de operatividad a aeropuertos del sur, con lo cual lo que sucedía era que el aeropuerto local había quedado como contenedor de varios vuelos suspendidos o demorados. De todo modos, es también una consecuencia de haber sumado destinos hasta hace poco tiempo inexistentes para nuestra ciudad.

En pocos minutos, las propias autoridades del aeropuerto dejaron en claro su entusiasmo por una situación que, con razón, los conmovía: volver a ver con tan intensa vida un espacio que por décadas quedó poco menos que olvidado y postergado, en muchos casos con unos pocos vuelos semanales y un único destino.

Hoy Bahía Blanca -la gran potencia del sur bonaerense, el gran polo industrial, la gran plaza portuaria- tiene vuelos que la comunican, además de Buenos Aires, con Mar del Plata, con Bariloche, con Comodoro Rivadavia y con Ushuaia. Todos destinos a los que hasta semanas atrás se podía acceder previo viaje al aeroparque porteño.

A este panorama -que tiene como protagonista en gran medida a Aerolíneas Argentinas con su propuesta de “Corredor Atlántico”-, se sumará en los próximos meses la llegada de nuevas empresas -ya autorizadas por el Estado- para operar rutas hasta ahora inexistentes, con destinos que uno imagina como posibles como Córdoba, Mendoza, Rosario o Salta.

Pero además se ha generado una verdadera revolución a partir de un cuadro tarifario accesible a sectores de la población que históricamente han tenido a la aviación como un servicio ajeno por sus costos, siendo casi un transporte de lujo, destinado a sectores de altos recursos.

Hay ya una decisión política muy fuerte de adecuar servicios con valores razonables, en franca competencia con otros medios de transporte, sobre todo en largas distancias que en muchos casos requieren días enteros de viaje. Es una buena noticia y un servicio que no puede estar ausente en una ciudad que pretende progresar y estar a la altura de la modernidad del nuevo siglo.