Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Mugabe se aferra al poder

Mugabe se aferra al poder. Opinión. La Nueva. Bahía Blanca

En las próximas elecciones presidenciales de Zimbabwe, el oficialismo local llevará un solo candidato. El de siempre, pese a que ya tiene 94 años: el presidente constante del país: Robert Mugabe. Lleva ya nada menos que 36 continuados años en el poder. Desde la independencia de su país, en 1980, no hubo nunca otro presidente en Zimbabwe.

Parece increíble, pero es efectivamente así. El sueño de personajes como Evo Morales hecho realidad, probablemente. Mugabe no dejar jamás el poder. Su obsesión es retenerlo. No dejar pasar a nadie. Nunca.

Como era de esperar, el resultado de esa lamentable situación es que la que fuera una vez una rica y pujante colonia británica, es hoy un desastre económico de proporciones, comparable por ejemplo a la desastrosa situación de Venezuela, luego de la “revolución” bolivariana.

Cuando el anuncio de la búsqueda por parte de Robert Mugabe de una re-elección más, la gente cantaba acompasadamente ponderaciones y loas de todo tipo a su líder al que calificaba de “eterno”.

Mugabe se enfrentará a una oposición muy dividida y desfinanciada políticamente, por lo que un nuevo triunfo del veterano presidente parecería estar ya en la puerta.

De todas maneras, si los votos no suman una mayoría, terminarán siendo esa mayoría por la vía del fraude, presumiblemente. Esta vez hay una gran pregunta flotando en el ambiente: si por su avanzada edad Mugabe terminará vivo su próximo mandato o si su salud lo abandonará en el camino, como algunos suponen. De todas maneras, si logra sobrevivir el plazo del mandato que ahora procura, a su final tendrá 99 años. Son unos cuantos.

Por esto, quien finalmente termine siendo ahora su compañero de fórmula es un tema de enorme importancia, porque las chances de que, fuere quien fuere, tenga que gobernar para completar el mandato de Robert Mugabe son ciertamente grandes.

Hay dos competidores que pujan por ese lugar. Primero, Emmerson Mnangawa, el actual vicepresidente, que sueña con poder continuar en ese cargo. Como Mugabe, es un veterano de la guerra de la independencia. Y segundo, cuando no, la cuestionada esposa de Mugabe, Grace, que está siendo ruidosamente apoyada por una “fuerza joven” creada por ella dentro del oficialismo (una suerte de “La Cámpora”) que ambiciona -con prepotencia- poder tener un acceso lo más veloz posible a lo más alto del poder en su sufrido país: Zimbabwe.

Habrá que esperar hasta que, de pronto, sea el propio Robert Mugabe quien finalmente defina esta extraña puja. La vecina Sudáfrica, preocupada, y los países vecinos siguen muy de cerca esta inusual “carrera” lateral hacia la presidencia.

Zimbabwe, recordemos, no tiene moneda nacional desde que, en 2009, la nación africana fuera postrada por una crisis económica monumental, de la que no se ha recuperado aún, con una hiperinflación feroz que derivara en una fuga masiva de capitales, que la destrozó.