Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Castellanos Solá

Hace 41 años, en noviembre de 1976, falleció el capitán de fragata (RE) Guillermo Castellanos Solá, quien fuera el primer comisionado municipal de la autodenominada Revolución Libertadora, ocurrida en septiembre de 1955.

Aquel golpe militar que derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón puso término a una seguidilla de tres jefes comunales elegidos de manera sucesiva, todos pertenecientes al Partido Peronista: Rafael Laplaza (mandato completado por José Aralda) (1948-1950), Norberto E. E. Arecco (dos períodos, 1950-1955) y Santiago Bergé Vila, quien asumió el 1 de mayo de 1955 y fue derrocado el 16 de septiembre.

Antes de este período democrático hubo diez comisionados en cuatro años, designados desde La Plata. Castellanos Solá reabrió el camino de comisionaturas, que se extendería hasta 1958, con la elección de Haroldo C. I. Casanova.

“Mantener el orden, el respeto a la propiedad, la seguridad, la libertad, la tranquilidad y la paz de la ciudad” fueron las premisas señaladas por Castellanos Solá al asumir el cargo.

Por siete meses dirigió los destinos comunales, dejando su lugar a Santiago Cenoz.

En ese tiempo decidió cambiar el nombre de la avenida Centenario (asignado por el Concejo Deliberante en 1910) por el de avenida Urquiza, dando respuesta a un pedido del Círculo de Residentes Pampeanos en ocasión de un aniversario de la batalla de Caseros que, se dijo, dio por tierra con la dictadura rosista”.

Al abandonar Castellanos el gobierno local, un espontáneo movimiento local, reflejado en miles de volantes con la leyenda “Que siga Castellanos”, dio cuenta del apoyo que había generado su figura.

Durante su actuación al frente de la comuna donó todos sus sueldos a entidades bahienses de bien público.