Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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El cruce postergado

Escribe Mario Minervino

Hace 60 años, en junio de 1957, se inauguró en nuestra ciudad el Congreso Pro Ferrocarril Trasandino del Sur, realizado con la voluntad de terminar el trazado férreo entre los puertos de Bahía Blanca y Talcahuano (Chile).

En un ambiente de “general expectativa y optimismo” se abrió la asamblea, cuyo propósito era formalizar, entre otras obras, la construcción de una vía terrestre que comunicando estos puertos del Atlántico y del Pacífico.

De fines del siglo XIX data la trascendencia de una ruta trasandina como salida y entrada de productos del mundo y como elemento vitalizador de la Patagonia.

El gran impulso al llamado Trasandino del Sur lo dio el Ferrocarril del Sud, al extender, por cuestiones militares, su línea férrea hasta Neuquén (1899) y, años después, hasta Zapala, quedando detenida a unos 136 kilómetros de la frontera chilena.

El Congreso de 1957 planteó el desarrollo de la denominada Región Trasandiniana, zona patagónica subdesarrollada que, para consolidar su crecimiento, necesita un sistema de circulación adecuado a su potencialidad.

El complejo de transportes incluía -además del ferrocarril- la construcción del oleoducto Plaza Huincul-Bahía Blanca, la pavimentación de la ruta 22 y la ejecución de centrales hidroeléctricas (por caso, El Chocón).

En la jornada inaugural, el ingeniero Domingo Pronsato, verdadera alma mater del encuentro, dijo: “Quizás esté todavía lejano el momento cuando todo lo hoy justificado y científicamente legítimo anhelo, se convierta en realidad. Pero la historia no la escribe una sola generación. Seguramente mañana, cuando la Argentina sea más grande, otro movimiento lleve a la práctica lo que parece un sueño”.

La obra todavía sigue esperando su ejecución.