Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Tiembla Bahía

Escribe Mario Minervino

Hace 57 años, en mayo de 1960, nuestra ciudad sintió las consecuencias de un sismo producido en Chile.

La primera noticia del singular hecho se registró en la redacción de este diario, cuando “las miradas azoradas, cruzándose” vieron con asombro cómo las hojas de las ventanas se batían y las luces “entraban en movimiento pendular”.

La situación duró segundos, que a muchos pareció una eternidad. Era un inédito movimiento de la tierra.

En el piso 15 del edificio Taberner, de O’Higgins y Brown, una niña ayudaba a su madre en el planchado cuando trastabilló y la plancha escapó de sus manos.

En la planta baja el portero veía, con asombro, a la gente bajando “con ropa de dormir” buscando ganar la calle, mientras los ascensores “producían un ruido impresionante al chocar con las guías”.

En la Comercialina -confitería en el piso 15 del edificio de Alsina y San Martín-, Tomás Prieto sintió que se le escapaban de las manos las manijas de la máquina de café.

Creyó que era un mareo, pero pronto descubrió que los mozos dejaban sus bandejas y abordaban el ascensor.

Pero donde más se sintió el “cimbronazo telúrico” -según lo llamó un vecino- fue en el estadio de fútbol de Olimpo, donde los espectadores “sintieron oscilar las tribunas”.

De inmediato, cundió el pánico. “Centenares de personas se lanzaron escaleras abajo, pugnando por abandonar el estadio en marejada presa de pavor”, redactó un cronista deportivo presente en el lugar.

Más allá de la primera impresión, el movimiento -que había ocurrido a las 16.18- no provocó daño alguno “a la integridad de las entrañas de los macizos edificados”.

Hubo, sí, sustos, corridas, confusión y alguna que otra historia prolija y justamente exagerada.