Una respuesta sobre dos ruedas
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Luego de doce años de haberse implementado por primera vez, en los próximos meses es posible que regresen los “bicipolicías”, agentes de seguridad que en lugar de manejarse a pie, en moto, en patrulleros o a caballo lo harán en bicicletas.
El sistema, que a decir verdad no pareciera un mejora en cuanto a efectividad, contará en principio con 24 bicipolicías, para lo cual, de acuerdo con fuentes policiales, ya se adquirió esa cantidad de bicicletas, con una inversión de 228.000 pesos.
Más allá del peso que puede tener esta alternativa para, en principio, controlar paseos y parques de la ciudad -donde generalmente no existen mayores conflictos-, en la decisión se advierten varios puntos que resultan llamativos.
Por un lado, el comisario Rubén Gab mencionando que no disponía de personal para ser asignado a ese tipo de modalidad, con lo cual será necesario analizar con cuidado de dónde se sacan los agentes necesarios para desempeñar esas funciones.
Por otra parte, todavía no se logró el visto bueno del ministerio de Seguridad para que reconozca “oficialmente” la capacitación de deberían hacer los aspirantes a subirse a estas bicicletas.
El mismo les permitiría conocer cómo usar cada bici, cuidar su estado físico “para un correcto desempeño” y la manera de llevar adelante una persecución.
Deben aprender además cuestiones tan delicadas como las de disparar a bordo de las mismas y realizar el abordaje y la detención de peatones, motos e incluso autos .
también, cómo se organizan un seguimiento, una persecución y la aprehensión de individuos “agresivos y desarmados”.
Los bicipolicías usarán ropa especial, que tampoco se ha comprado por falta de presupuesto. Usarán pantalones azules “más ajustados” que los habituales, botas de seguridad deportivas, remera y rompevientos.
Si no fuera porque la inseguridad es una cosa seria, doliente, preocupante y angustiante; si no fuera porque los delincuentes siguen actuando como si la policía no existiera y la justicia sigue tan lenta que no es justicia, el tema de los bicipolicías daría para tomarlo en broma.
Pero la situación es tan seria y preocupante que apenas alcanza para mirarla con cierta dosis de incredulidad y hasta fastidio.