La situación en Venezuela no se resuelve
Plazos. Con el comprensible y loable objetivo de evitar el derramamiento de sangre, el Vaticano y la Iglesia en Venezuela están desempeñando una activa labor de mediación entre el gobierno y los grupos opositores.
Esto supone, desde luego, adentrarse en un amplio campo de minas, debido a la polarización de la sociedad venezolana y a las propias divisiones en la oposición, sobre si se puede confiar en la sinceridad de un régimen que busca ganar tiempo y evitar que se lleven a cabo unas elecciones anticipadas, que ciertamente serían la única solución que podría desbloquear una situación muy complicada y que viene desde hace mucho tiempo.
Los últimos acuerdos para paliar el desabastecimiento de alimentos y medicinas suponen, de hecho, un acto de generosidad de los grupos democráticos, ya que permiten a Nicolás Maduro insistir en su desquiciado relato que culpa a un complot capitalista de problemas que tienen como única causa la nefasta gestión del régimen que encabeza.