Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Responsabilidad extendida

Ocho años de prisión estableció la Justicia para un hombre acusado del homicidio de un niño de dos años. Es nada, si se considera que el niño ya no existe, que no tendrá vida, dejó una familia destruida y manchas de sangre para siempre, y es algo si se asume la calidad de inédito del fallo.

El acusado, Horacio González, de 49 años de edad, pagará con su detención el delito de homicidio con dolo eventual ocurrido en la localidad bonaerense de Alejandro Korn, cuando en 2014 un perro raza de pitbull a su cargo le causó heridas mortales al chico, a partir de sus desgarradoras mordeduras.

En mayo de 2014, González ató al volante de un coche abandonado a su perro, sin bozal ni señal alguna que diera cuenta del peligro que implicaba. En ese momento Santiago jugaba en la vereda y al acercarse al automóvil, que usaba de “casita” con otros amigos, resultó atacado por el pitbull, el cual le mordió la cara y el cuello, causando una pérdida de sangre mayor de la que podía soportar el niño.

Gabriela, mamá de Santiago, oyó los gritos, salió corriendo de su casa, y vio a su hijo en manos del propietario del perro. Ya era tarde para todo, menos para quebrar un dolor y una angustia que cada día crece y lastima.

Durante el juicio, los familiares del niño aseguraron que González, propietario de varios perros de esa raza, había sido denunciado en más de una oportunidad por sus animales, que todos recuerdan violentos y amenazantes.

Luego del ataque, González tomó un cuchillo y sacrificó al animal, como si esa actitud fuese suficiente para pagar lo ocurrido, como si esa sangre animal alcanzara para lavar la otra. El fallo condenatorio tuvo en cuenta que la raza pitbull es agresiva, criada para la pelea, y si bien puede mejorar esa condición con una adecuada crianza, no debe estar en la vía pública ni cerca de niños. González, a criterio de los jueces, fue claramente negligente -como criador de perros, no ignoraba esas cualidades del animal- y no atendió el peligro que generaba su conducta.

El fallo es valioso y genera un antecedente clave para este tipo de conductas. En nuestra ciudad nunca han prosperado las iniciativas para legislar sobre cómo tratar a las mascotas al momento de sacarlas a la vía pública. Sin bozal ni correa, muchos dueños actúan con total irresponsabilidad con animales peligrosos y amenazantes.

Aun sin llegar a finales tan dramáticos, es importante tener en claro que cualquier agresión que haga un animal será tomada como realizada por su propietario, quien será juzgado en tal sentido.