Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Nombres para eliminar el cepo

Hace algunos meses Federico Sturzenegger dejó de tener presencia mediática, pese a que durante varios años fue uno de los principales voceros del PRO.

Las necesidades de la campaña llevaron a Mauricio Macri a pedirle que mantenga perfil bajo. Pero en los últimos años, cada vez que le tocaba dar una entrevista o exponer en algún panel, tenía una frase de cabecera: “No importa si nos dejan el Central sin un dólar. Porque cuando gane Mauricio la confianza será tan grande que los dólares van a entrar muy rápido”.

Ahora Sturzenegger es el candidato a ocupar el máximo puesto del BCRA y se cumplió su profecía: recibirá una entidad totalmente vacía de reservas. Y lo poco que queda alcanza a duras penas para pagar algunos vencimientos de deuda y hacer frente a un par de meses de importaciones.

Ante esta circunstancia lo único que queda es liberar el tipo de cambio y “rezar” para que el pronóstico de un rápido ingreso de divisas se cumpla. El futuro gabinete apunta a los dólares del campo para nivelar la cotización una vez que se libere el mercado y evitar sorpresas, es decir una disparada inicial (que en la jerga financiera llaman “overshooting”) para luego buscar su valor de equilibrio.

Antes de todo esto deberán producirse los cambios en la autoridad monetaria. Alejandro Vanoli tiene mandato hasta el 2019 y expresó su intención de seguir, luego habló de no entorpecer el futuro gobierno macrista, pero a las pocas horas se arrepintió.

En caso de querer resistir, difícilmente pueda hacerlo hasta fin de año, por lo que en su caso también se avecina el fin de ciclo. Las denuncias de radicales y el PRO por la indiscriminada e irresponsable venta de dólar futuro lo pusieron en la mira judicial, debilitándolo aún más.

La misma línea maneja el flamante ministro de Hacienda y Finanzas designado, Alfonso Prat-Gay. Alineado con Macri, él también ha criticado reiteradamente el cepo y considera imprescindible levantarlo para que la Argentina pueda volver a crecer.

El razonamiento es simple: con restricciones cambiarias será imposible captar inversiones del exterior, porque hoy ya nadie está dispuesto a entrar al tipo de cambio oficial y perder más del 50% por esa decisión.

“El 11 de diciembre el dólar ahorro o el dólar tarjeta será lo mismo, porque habrá un único tipo de cambio”, explicó en sus primeras declaraciones.

El tándem elegido por Macri para ocuparse de la economía llega, entonces, con la idea fija de sacarse lo más rápido posible de encima el cepo y volver al mercado único y libre de cambios.

Las promesas de campaña y quienes tendrán esa responsabilidad indican que no habrá vuelta atrás al camino elegido y que, a lo sumo, se irá transitando un camino de prueba y error en las primeras semanas de gestión.

Herencia pesada

Una de las herencias que le deja el gobierno de Cristina Kirchner a Mauricio Macri es el abultado déficit fiscal.

Bien medido, vale aclarar, sin considerar como ingresos fiscales a las ganancias contables que el BCRA y la Anses le giran al fisco (Rentas de la Propiedad) las consultoras económicas reconocen que el rojo de las cuentas públicas superará este año los 7 puntos del PBI.

Se trata de una de las peores cifras de la historia argentina, ubicándose entre el tercer y el cuarto puesto entre los peores números de los últimos cincuenta años.

También hay coincidencia de que resulta imposible sostener esta situación ni siquiera un solo año más.

Por lo tanto, el “ajuste”, la palabra maldita que todos los candidatos quisieron evitar durante la campaña electoral, luce inexorable.

Claro que el recorte debería considerar no "tocar" el gasto social, el más inflexible a la baja, dejando margen únicamente para los subsidios económicos.