Quilmes cortó la racha positiva de Olimpo y lo dejó con las manos vacías

Redacción de La Nueva.

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Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com

Ante un rival práctico y contundente, Olimpo vio esfumarse su racha positiva en el torneo Julio Humberto Grondona.

Quilmes supo aprovechar una de las pocas chances que generó en el arco de Nereo Champagne y luego usufructuó la escasa puntería de los delanteros aurinegros para cosechar su quinto triunfo consecutivo de la mano de Facundo Sava.

Por la paridad del trámite, el empate se hubiera ajustado más a lo sucedido, pero en el fútbol, está claro, los merecimientos poco tienen que ver.

Es cierto que Olimpo no mostró el funcionamiento de partidos anteriores, mostró grietas en el fondo, le costó manejar la pelota en el mediocampo y arriba generó poco riesgo.

Pero, por las saludables intenciones que mostró en el complemento, que se evidenciaron en tres claras oportunidades de igualar, el aurinegro se fue masticando bronca y con las manos vacías.

Lo de Quilmes fue inteligente y le sacó réditos. Consciente de sus limitaciones en ataque (no pudo contar con Bieler ni "Tito" Ramírez, sus dos referentes de área), la apuesta del entrenador pasó por desprender volantes en función ofensiva en jugadas puntuales.

No le salió en los dos primeros intentos (con Romero y Pérez Guedes), pero la tercera fue la vencida, ya que ni los mediocampistas de contención ni los marcadores centrales se percataron de la filtración de Pérez Godoy por el centro para bajar de pecho, y luego definir, un exacto pase profundo del uruguayo Malrechauffe.

Eso sucedió a los 38 minutos de la primera fracción. Antes, poco había acontecido en el juego.

En ese sentido, el cervecero tuvo la efectividad que le faltó a la escuadra bahiense, sobre todo porque en la última jugada de esa fracción, Adrián Martínez reventó el travesaño con un remate a la salida de un tiro libre defectuoso de Encina.

Para el complemento, Diego Osella movió el banco, aunque respaldó el dibujo táctico. Borrego fue al carril izquierdo (en lugar de Mansilla) y Gaona Lugo se paró en ataque con Amoroso.

Pero el funcionamiento no mejoró. Quilmes, con un inteligentísimo Rodrigo Braña para barrer el mediocampo, controló las acciones y apostó al contragolpe.

Recién con el ingreso de Walter Acuña (por Blanco), Olimpo se hizo más profundo con el 4-3-1-2, aunque "Cachete" no estuvo certero en las dos ocasiones que se le presentaron.

En la primera, no pudo empujar un rebote corto que dio Benítez ante un disparo de Adrián Martínez y en la segunda no definió con precisión de cara al golero, quien volvió a ganar el duelo.

Luego, ya con desesperación, un centro quedó boyando en el área y nadie pudo empujarlo.

Quilmes fue oportuno en Bahía y se llevó un premio que pareció excesivo, más allá de que Olimpo quedó en deuda...