Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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El Papa y los jueces

Escribe Daniel Zolezzi
El Papa y los jueces. Notas y comentarios. La Nueva. Bahía Blanca

I.- La diputada Carrió al Papa Francisco, por recibir a muy cuestionados personajes de la política argentina y a jueces involucrados en causas de corrupción que atañen a altos exfuncionarios.

II.- Poco antes de que se reuniera con tales jueces, el arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de Ciencias y de Ciencias Sociales, salió al cruce de Carrió en la entrevista que concedió a un matutino porteño.

III.- De quienes critican a Francisco, dijo: “No es difícil individualizarlos, por lo menos alguna diputada... Que esta persona critique al Papa, si es católica y de comunión diaria, es una cosa terrible, porque el Papa es Pedro. Y es muy curioso que todo lo que haga lo critiquen, porque no se debe criticar a Pedro.”

IV.- Y agregó: “Digamos que el tema fundamental es la Justicia. Ahora ¿cómo uno puede estar en contra de esto? ¡Es estar en contra de lo que es el Evangelio! Realmente, es un escándalo que no apoyen al Papa. No sólo que estén en contra, sino que no lo apoyen totalmente”.

IV.- Se refería a una reunión de magistrados que tuvo lugar en el Vaticano: la “Cumbre de jueces sobre la trata de personas y el crimen organizado”, cuya finalidad, sin duda, fue loable. Sucede que varios de los jueces argentinos que estuvieron en se han mostrado muy ineficaces en combatir esos ilícitos.

V.- Además, ninguno de ellos abrió la boca, cuando se comprobó que en distintos inmuebles del entonces ministro de la Corte, Zaffaroni, funcionaban prostíbulos. Baldón que no se borra con asistir a una cumbre vaticana sobre trata de personas.

VI.- Por ello, no creemos que ni la diputada Carrió – ni muchas personas en nuestro país – que disienten con el Papa en estos tópicos, estén “criticando a Pedro” como dice el arzobispo. Porque se trata de actividades terrenales y no de cuestiones de fe o de moral, en las que sí, el Papa habla como sucesor de San Pedro.

VII.- Nos parece errónea, pues, la incondicionalidad que pide Sánchez Sorondo (“es un escándalo que no apoyen al Papa”). Porque las críticas no se alzaron contra la Justicia - ni como valor ni como institución – sino, simplemente, contra la oportunidad o el acierto de ciertas actitudes de Bergoglio, que conciernen a la Jefatura del Estado Vaticano y no a la silla de Pedro.

VIII.- A raíz de la mentada reunión de magistrados, el pontífice se vio a solas, largamente, con el juez Casanello, quien lleva adelante – es un modo de decir – causas que conciernen a la corrupción K. Según trascendidos, le habría deslizado alguna palabra de elogio y lo habría instado a proceder sin hacer caso a influencias. Claro que un juez, si lo es en verdad, nunca acepta influencias. Punto en el cual, Casanello carga con un bien ganado desprestigio, que no amenguará el consejo papal.

IX.- El arzobispo Sánchez Sorondo dijo también que en la Argentina existe: “...una especie de egocentrismo por el que uno ve el árbol, pero no el monte.”.” Y que:“Los polacos siempre estuvieron completamente unidos detrás de Juan Pablo II” y que valoraron su gravitación política. El arzobispo, que vive en Roma desde 1971, atisba, por cierto, un horizonte universal. Pero puede escapársele nuesro panorama local, en el cual Bergoglio interviene con poco acierto.

X.- Justamente, decíamos hace poco en esta columna que Juan Pablo II contribuyó a la caída del muro de Berlín y del universo comunista. Y que las injerencias de Francisco en el orden argentino, no tienen ese vuelo (Bonafini, Moreno, Tinelli y otros, son buena prueba). Además, quienes se negaron a ver la corrupción que pasaba delante de sus narices, nunca serán jueces de verdad. Aunque ahora, tarde, descubran algo. Son apenas el huevo del que pueden brotar otras serpientes, con apariencia de sentencia.