Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Regenerar la política

Escribe Roberto Fermín Bertossi
Regenerar la política. Notas y comentarios. La Nueva. Bahía Blanca

Si admitimos que nuestra democracia y nuestra política se encuentran atrapadas severamente por autocracia, autoritarismos o decisionismos, deberíamos mancomunar esfuerzos, coraje cívico e innovación para avanzar en una tarea tan gravitantemente importante como es la de ir plasmando democratizaciones tanto en los partidos políticos como en nuestros gobiernos, empoderándolos de más representatividad, de más republicanismo, de más federalismo y fidelidad a nuestra propia Constitución Nacional.

Ahora bien, para ello es imprescindible más cultura ciudadana pero, evidentemente, para nuestros políticos en general en el marco de su holgazanería consuetudinaria, trabajar en metodologías orientadas a la enseñanza/aprendizaje de una profunda educación cívica ciudadana, siempre configuró un verdadero dilema.

Este dilema se explica principalmente por cierta reticencia de las corporaciones políticas respecto a suministrar educación, capacitación e información de modo claro, sencillo, coherente y sostenido. Todo lo contrario, casi regularmente, la casta dirigente viene provocando y sorprendiendo con verdaderos escándalos mediante afanosas y procustas alianzas, coaliciones o alquimias políticas vernáculas.

Como consecuencia de ello, lógicamente, así no podemos esperar renovadas y entusiastas participaciones electorales, populares y masivas.

Esto mismo posterga o impide aviesamente, legitimaciones y legitimidades más racionales que emocionales.

De cara a un enrevesado esquema electoral 2015, ser más diligentes y solícitos para conocer miradas, programas y ofertas políticas tanto como impedir atropellos eleccionarios, serán claras actitudes ciudadanas en orden a fortalecer la política republicana frente a “populismos electorales” que vienen desmantelando las instituciones con la restricción de libertades y derechos personales.

Paradójicamente mucho líder nuevo y supuestamente democrático de hoy, en el transcurso de un corto tiempo, ya degeneró su propia casta, su propia elite, su propia corrupción.

Muchos políticos y funcionarios “perseveran” con todo denuedo y fruición en la repetición e innovación de toda clase y jerarquía en sus prácticas corruptas, despreciando, ocultando y privando a la sociedad de una básica educación democrática, todo lo cual termina favoreciendo y facilitando nepotismos, ausencia de transparencia, etc., como la propia inejecutoriedad en los derechos de los usuarios y consumidores lo cual disuelve su inherente eficacia; (Vg., un ambiente sano y equilibrado para el desarrollo humano, infraestructura, servicios sanitarios, energía eléctrica, transporte, educación, seguridad, justicia, etc.).

En efecto, nuevas fuerzas políticas que surgieron como promesas transformadoras hoy se muestran como defensoras y ejecutoras de nuevas versiones de autoritarismo.

Entre nosotros, estos pseudoprogresismos ya se han traducido en más de una ocasión, en lamentables e injustos “costos diferidos y enriquecimientos ilícitos”.

A todo esto, este zozobrante escenario político solo resulta explicable por la ignorancia cívica, la abulia, la pachorra, la estulticia, la complicidad mediática, la languidez e insolidaridad social “militantes” de una inmensa mayoría empadronada de sujetos y actores activos de nuestra sociedad civil.

Finalmente, ya es hora de regenerar nuestras –poco menos- infrapolítica e infrademocracia siendo protagonistas. Solo así, y recién entonces, podremos visualizar, creer y reconstruir entre todos, un horizonte democrático más pleno, más libre, más diáfano y auspicioso, que nos permita emancipar la política, consolidar la democracia e ir restaurando en plenitud toda ciudadanía.