Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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¿Por qué están dadas las condiciones para una gran campaña del trigo 2018/19?

El analista de mercados granarios Leandro Pierbattisti dijo que, de concretarse la cosecha de 21 millones de toneladas, el país podría exportar alrededor de 14 M/T.

Crece la expectativa por el trigo del SOB. / Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva y Archivo La Nueva.

Guillermo D. Rueda

grueda@lanueva.com

   “Lo estoy viviendo con mucha ansiedad: están dadas las condiciones para un campañón, pero lo cierto es que aún falta la cosecha”, dijo Leandro Pierbattisti, asesor de mercados granarios, respecto del trigo, en particular, y de la fina 2018/19 en general.

   “Es muy difícil que se de vuelta y, además, los precios firmes se van a mantener. Hubo lluvias en la última semana y eso ayuda. ¡No quiero vender peces de colores, pero es verdad que estamos 'ahí' —gesticuló— de lograr algo muy bueno!”.

   El sentimiento de Pierbattisti es común a la mayoría de los actores de la cadena triguera, habida cuenta del potencial que tracciona una buena fertilización —y por ende presumible calidad— y haber iniciado el ciclo con buena humedad.

Leandro Pierbattisti, analista de mercados de cereales.

   “¿Cuáles son los números que se esperan de la fina? En trigo podemos estar entre 19 y 21 millones de toneladas; 20 M/T es muy lógico igual. Hace un mes compraba las 21 M/T; ahora no sé”, detalló.

   “Entiendo un potencial de exportación —de piso— de 14 millones de toneladas. Sumando a la cebada, serían unas 18 M/T de fina para la exportación. Gran parte se irá en los primeros tres meses del año, con lo que eso representa en ingreso de divisas para el país”, agregó Pierbattisti.

   —¿Por qué decís que la Argentina podría volver a tener viento de cola respecto del trigo?

   —Es que Rusia volvió a sembrar de manera importante, sobre todo en el área de invierno, pero desde el 15 de mayo empezó a aparecer un pulso de seca en Krasnodar, en el sur, donde se hace alto rendimiento; hasta agosto llovió muy poco y eso afectó los rindes entre un 15 y un 20 %.

   “Ahora, ¿cuál es la cuestión? Todo ese bloque del mar Negro (Ucrania, Kazajistán, Rusia) llega a casi el 40 % del mercado mundial y tiene la seguridad alimentaria, pero en medio de una volatilidad climática, y política, muy fuerte.

   “Seguimos con el viento de cola. Hoy, Rusia tiene récord de exportación de 4,5 M/T mensuales para julio, agosto y septiembre y la producción pasó de 85 a 70 M/T. Hoy tiene 15 M/T menos, empezando una campaña con menos stocks. ¿Cuáles son los rumores? Que (el presidente de Rusia, Vladimir) Putin cortará el chorro (sic). Es decir, en un país que tiene la mitad del consumo interno, el trigo representa el 50 % de la producción. Se trata de un sitio sensible a la inflación alimentaria, porque el nivel medio de la población destina el 40 % de sus ingresos a la alimentación. Esto está generando un revuelo muy grande.

   “El otro tema es que en esta campaña 2018/19 cayeron, por primera vez desde 2012/13, los stocks de los ocho principales exportadores de trigo. Esto es, tienen 25 M/T menos para alimentar el mercado mundial.

   “La última campaña, donde hubo precios muy elevados en trigo, responde más bien a situaciones internas que a externas. Porque Argentina tuvo una serie de cambios positivos, como la quita de los ROE's y de las retenciones, un liberalismo comercial que no se tenía antes. Eso fue positivo para la cadena en general, pero los precios no respondían a la cuestión internacional.

   “Por eso vendimos el trigo a un precio FOB de 175 dólares en diciembre de 2017 y, al final, lo hicimos a 270 dólares FOB. Como el país, pasamos del trigo más barato del mundo al más caro, para solamente venderle a Brasil.

   —270 dólares es un buen precio...

   —Los extremos no son positivos. No está bueno vender a ese precio, porque así permitimos que Rusia ingresara al mercado brasileño después de 8 años de ausencia.

  “El lobbie ruso, que hace política a largo plazo, dice: 'Yo soy un comprador de carne de nivel mundial; vos, Brasil, sos un gran exportador de cereales, pero si no me comprás trigo no pienso comprarte carne'. Y juega con eso permanentemente, tal es así que Europa le aplicó un embargo en frutas y legumbres, quesos y productos cárnicos.

   “Rusia juega su poder geopolítico diplomático con su poder comercial. No sé si está bien o mal, el tema es que tienen una política comercial. En todas las decisiones, hay una política detrás.

   “En agosto último desembarcaron 26.000 toneladas de trigo ruso en Fortaleza (Brasil). Eso no significa que vayan a venderle otra vez, pero hay que tener en cuenta que cuando uno se corre de todo tipo de competitividad le abre la puerta a otro competidor. Y cuando otro ingresa, el juego es diferente”.

   —¿Cómo estará el mercado cuando Argentina coseche el trigo?

   —No vamos a tener esa obligación del mundo de tener que salir a vender tan barato a cosecha, porque es probable que haya una presión interna. Los productores saben que uno de los peores momentos de venta es cuando se está cosechando, contrariamente a la cebada forrajera, que se embarca entonces y, generalmente, hay precios interesantes de forrajera.

   “Ahora, es probable que no tengamos presión externa, ya que Rusia va a estar exportando en enero. O hacen algo, o es el propio precio el que va a tener que corregir. El trigo ruso se va a poner caro, como lo está ahora en los Estados Unidos”.

   —¿Argentina tiene alguna ventaja competitiva?

   —El debate que se debe hacer es: qué es no ser competitivo. Porque detrás de eso hay una estrategia comercial, ya que no es todo un país que decide no vender, pero es la estrategia individual de cada operador o productor que termina siendo colectiva”.

El tamaño de la torta

   “En un sector como el agropecuario no se puede debatir para el corto plazo. Porque estaremos hablando de dinero, de un dólar más o de un dólar menos, y es con el mismo tamaño de torta. Y eso es que alguien gana un dólar que otro perdió. Ahí no se puede discutir”, dijo Pierbattisti, quien residió 15 años en Francia y logró un máster en Desarrollo Agrícola y Políticas Públicas en París.

   “Lo ideal sería que, de acá a tres años, la torta aumente. Porque si la torta sigue del mismo tamaño no se podrá discutir. Justamente, acá el debate es sobre qué tipo de arrendamiento la Argentina tiene, o tiene que tener, o no debería tener. Ese es un dato duro a resolver”, agregó.

   “¿Necesitamos tener un capital suelo? ¿necesitamos aportar recursos que no son durables? ¿Necesitamos reponer una fertilidad que, en los últimos años, no lo hemos hecho? La consulta es: ¿el aparato productivo de la Argentina se adapta a esos nuevos desafíos? Pero en el medio hay de todo, como los contratos trianuales, así como otras figuras que desconocemos”, dijo.

   “En tal sentido, celebro que se haya lanzado el censo agropecuario nacional, ya que los últimos datos son de 2002. Los cambios desde entonces han sido muy importantes y las estadísticas públicas son clave para un diagnóstico, pero si partimos de presunciones, porque los números no están, no podemos crecer”, explicó.

   “Aquí hay otro tema. Nos gusta mucho hablar, discrepar y gritar, pero no hay debate; es decir, a un ida y vuelta discursivo, de disertación y de defensa del argumento, pero también de ceder, para que, luego, quede algo constructivo", sostuvo.

   "Hay temas que no se tocan, porque hay intereses creados. Por eso Europa debate con mayor sencillez, y no porque no tenga los mismos problemas que nosotros, sino que el plazo lo ponen a mediano plazo”, argumentó Pierbattisti.