Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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¡Qué cara que está la carne!: ¿una frase en vías de extinción?

Los precios en góndola subieron menos que el pan o la harina, por ejemplo. Y las exportaciones continúan en alza.

En el período junio 2017-junio 2018, la carne aumentó el 24,5 %; la inflación, por encima del 30 %.

Guillermo D. Rueda
grueda@lanueva.com

   Una de las frases icónicas de los últimos años —sobre el consumo argentino— sigue perdiendo fuerza con el paso del tiempo, a poco de exponerse los porcentajes de aumentos de precios, ya sea en relación a otros productos o respecto de la inflación.

   “¡Qué cara que está la carne!”. Si la referencia es respecto de la carne vacuna, se advierte que se mantuvo claramente por debajo del índice general de precios.

   El informe aparece en la revista Carne Argentina, que elabora el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, del corriente mes.

   “No se puede decir que la carne sea barata, porque lo caro o lo barato depende del ingreso de cada uno, pero sí que la carne sigue siendo un alimento accesible para los argentinos”, sostuvo Ulises Forte, titular del IPCVA.

Ulises Forte, presidente del IPCVA.

   “Además, como todos sabemos, comparada con otros alimentos, es rica, nutritiva y rendidora. Con un kilo de milanesas come una familia”, sostuvo.

   Tomando el período junio 2017-junio 2018, los distintos cortes de carne vacuna registraron un aumento promedio del 24,5 %, mientras que el índice general de precios se ubicó por encima del 30 %. 

   Yendo específicamente al rubro alimentos, las subas en carne vacuna estuvieron por debajo de otros alimentos esenciales, como el pan (42 %), la harina (96 %), los fideos (51,7 %) y el filet de merluza (35,9 %).

Tras la suba del 96 % de la harina, el pan se incrementó el 42 %.

   También el aceite (38,4 %), los huevos (56,3 %), la lechuga (65,9 %), la yerba mate (34,1 %) e, incluso, el pollo (32,5 %) el principal alimento sustituto de la carne vacuna. “Esto explica claramente que el consumo de carne en el mercado interno sea estable e, incluso, se haya incrementado en los últimos meses, mientras que la demanda de otros alimentos se retrajo”, explicó Forte.

   La misma comparación, con resultados similares, puede hacerse con otros alimentos, que podrán no ser esenciales, pero que forman parte de la canasta de compras de una familia promedio.
Uno de estos casos se produce con la cerveza, cuyo precio aumentó el 31,1 %.

   En el informe de Carne Argentina, se destaca que estas referencias no incluyen los aumentos de bienes y servicios que se registraron en el último año, impactando en las economías familiares, con incrementos significativos en electricidad, gas, nafta o los pasajes en colectivo o subte.

La competencia

   “Las exportaciones hacen subir los precios en el mercado interno”. La frase, que ha circulado en no pocos ámbitos, también parece perder fuerza con el inexorable paso del tiempo.

   “La situación actual derriba, definitivamente, un mito arraigado en la sociedad y también, en algunos exfuncionarios que cerraron o restringieron las exportaciones con el argumento de que las ventas externas hacían subir los precios en el mercado interno”, argumentó Forte.

   “Este último año crecimos fuertemente en exportaciones, a punto tal que volvimos a ser un jugador importante a nivel internacional, y los precios del mercado interno, como ya dijimos, se mantuvieron por debajo de la inflación”, admitió el dirigente pampeano.

   En este sentido, los números son por demás elocuentes. Las exportaciones de carne vacuna —con el fenómeno China, a la cabeza— crecieron, en volumen, un 63 % en el primer semestre de 2018 y el consumo interno, en ese mismo período, también aumentó un 2,5 % (de 55,8 kilos a 57,2 kilos por habitantes por año).

   “Lo que ocurre —continuó Forte— es que las exportaciones son complementarias”, sostuvo.

   “En líneas generales, a Europa le vendemos los cortes premium; a Chile e Israel los del cuarto delantero; a China los garrones, brazuelos y cogotes de vaca, y nos quedan a los argentinos, ‘de clavo’ —ironizó—: el asado, el matambre, el vacío y la cuadrada, que son los que más consumimos y más nos gustan”.

   Forte también dijo que mientras más carne se exporte, más disponibilidad de esos cortes va a haber en el mercado interno, a precios razonables, mientras que la política anti-exportadora de la década anterior prácticamente destruyó a la cadena de ganados y de carnes.

   De acuerdo con las previsiones para este año, la Argentina exportará en el corriente 2018 unas 420.000 toneladas de carne vacuna, cerca de un 15 % del total producido, acercándose al 80-20 (80 % de consumo interno y 20 % de ventas al exterior) que reclama la cadena de ganados y carnes como punto de equilibro.