Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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La moneda que nos enloquece

Pasan los años, los presidentes, los economistas, los planes y las promesas, y una moneda extranjera sigue siendo protagonista del día a día de todos los argentinos, que continúan viendo como el dólar -tal la moneda en cuestión-, parece ser el único termómetro del actual momento económico.
En las últimas semanas se verificó una “trepada” del valor de la moneda norteamericana, que siempre tiene un techo que superar, cuyo comportamiento es analizado por especialistas y amateurs, que imaginan cada corrida, que piensan que no es grave -o sí-, que intentan explicar los vaivenes de su valor.
LO cierto es que desde hace décadas los argentinos vivimos a la sombra del dólar. Por momentos pareciera que pierde protagonismo, que se queda quieto y expectante, mirado de costado por exportadores y otros, a la sombra de la inflación, pero siempre con los carteles con su cotización a la vista.
Han sido muchos los gobiernos que han establecido pulseadas con la divisa verde, que han tratado de ignorarla, que se han acercado, que han coqueteado, que han hablado de dolarización de la economía, que han puesto un “uno a uno”, que han ideado un cepo, que han...
Por estas horas, el Banco Central sale cada día a regular el mercado, a estabilizarlo, llegando a vender, en un solo día, hasta 1.400 millones de dólares, para evitar que el precio se desborde y afecte otras variables que pretende controlar.
La historia del dólar como patrón de nuestra economía no es nueva, aunque recién en la década del 70 se estableció con tanta presencia. 
Juan Domingo Perón, en los 50, ninguneó a la moneda preguntando si “alguien había visto alguna vez un dólar en su vida”. Por otro lado, Lorenzo Sigaut, el recordado ministro de Economía, dejó a la posteridad su icónica frase de que el que apostaba al dólar perdía.
Lo cierto es que, sin entrar en detalles técnicos ni en complejos análisis técnicos, la economía vernácula sigue atada -a veces de pies y manos- al valor del billete que tiene a George Washington en su billete unitario en el frente y el escudo norteamericano en el reverso. 
Los argentinos, entre tanto, ni siquiera tenemos un billete del peso. Solamente tenemos monedas, que son cada vez más livianas.