Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Protesta multitudinaria en Madrid

por Laurence Boutreux

“Sola, borracha, quiero llegar a  casa” sin ser agredida, gritaron el viernes una multitud de  españoles que se manifestaron en Madrid contra “la cultura de la  violación”, una nueva protesta contra la sentencia que exculpó de  violación a cinco hombres que se autodenominaban “La Manada”.
A la cabeza del cortejo, la organización Movimiento Feminista  decidió escribir en un lienzo “La calle, la noche, también son  nuestras” para pedir seguridad y que se acabe “la cultura de la  violación”.
“Sola, borracha, quiero llegar a casa” sin ser agredida  gritaron miles de personas que marcaron desde el ministerio de  Igualdad hasta la sede del Tribunal Supremo. 
Los manifestantes, de todas las edades, gritaban “¡No es abuso,  es violación!”, en alusión a la polémica sentencia de un tribunal  de Pamplona, en el norte del país, sobre el caso “La Manada”.
Cinco sevillanos de entre 27 y 29 años fueron condenados el 26  de abril en Pamplona a nueve años de prisión cada uno por “abuso  sexual” en grupo de una madrileña de 18 años en la entrada de un  inmueble durante las fiestas de San Fermín de 2016. 
Pero los jueces descartaron la violación, para la que el Código  Penal español considera que debe haber “intimidación” y  “violencia”.
Según la asociación Movimiento Feminista unas 50.000 personas  participaron en la protesta este viernes. 
“Lo más chocante del juicio fue que un juez dijo que quería la  absolución para los cinco”, protestó Sara Mosquera, estudiante de  20 años, en cuya pancarta se leía: “Siempre habrá manadas donde se  proteja a los lobos”. 
Los atacantes -- entre ellos un Guardia Civil y un exmilitar--  grabaron los hechos en unos videos que compartieron, jactándose  con sus amigos en un grupo de mensajería que se denominaba “La  Manada”.
Sin embargo, durante el juicio la joven víctima tuvo que  justificarse por haber mantenido una actitud pasiva ante ellos. La  defensa de los cinco hombres afirmaba que la víctima --que estaba  ebria-- consintió a los actos porque en las imágenes no parecía  decir “no”. Ella dijo que estaba “shock” por el miedo. 
Los manifestantes criticaban una “justicia patriarcal” y la  “violencia judicial” ejercida contra las víctimas de violaciones  cuando se les pide que explique porqué no se resistieron.
El caso volverá a los tribunales y el gobierno del conservador  Mariano Rajoy anunció que estudiará reformar el Código Penal para  los delitos de índole sexual.
Pero los partidos políticos, las asociaciones feministas y los  medios volvieron a poner el grito en el cielo al darse a conocer  la comisión oficial encargada de la eventual reforma, formada  exclusivamente por hombres. El viernes se rectificó la formación  de esta comisión. 
La indignación seguía viva entre muchas manifestantes que  denunciaron la falta de una igualdad real en la sociedad. 
“La sentencia de La Manada ha sido la gota que colma el vaso”,  se indignó Ana Carbajo, psicóloga de 61 años, casi dos meses  después de las masivas manifestaciones del 8 de marzo en España. 
“Vivimos en una sociedad formalmente igualitaria, pero es  solamente formalidad”, explicó la mujer vestida de morado, el  color tradicionalmente del feminismo. 
Para, ella “las cosas no van peor pero antes no había rebelión,  estábamos silenciadas por nuestras propias madres que no eran  conscientes o no tenían las herramientas para defendernos”.
El año pasado, 49 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o  por sus ex en España, cinco veces más que en 2016.

Laurence Boutreux es periodista de la agencia AFP-NA.