Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Por una espera activa y positiva

La presidenta del Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes, Carolina Recalde, sostuvo que los adultos deben “repensar la disponibilidad” frente a la adopción de chicos más grandes o con patologías.

Fotos: Rodrigo García-LN.

Cecilia Corradetti

Ccorradetti@lanueva.com

 

   Al tiempo que desde el 1 de agosto de 2015 rigen en el Código Civil modificaciones en cuanto a la adopción en el Código Civil, con cambios concretos que renovaron el antiguo paradigma, la titular del Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes (M.A.M.A), Carolina Recalde, instó a los adultos a “repensar la disponibilidad”.

   Se refirió, específicamente, a “abrir la cabeza” frente a la posibilidad de ahijar chicos más grandes, con problemas leves o graves de salud teniendo en cuenta que los niños reales que están esperando tienen más de 6 años. “La mayoría de los aspirantes a adoptar prefieren niños menores de 3 años porque consideran que tiene poca historia o no la tiene, así como también que lo podrán amoldar, que será más fácil...”, reflexionó.

   --¿Sigue existiendo esa triste preferencia de desear niños pequeños en detrimento de los más grandes?

   --Percibimos que los matrimonios o los monoparentales, a medida que se acercan a nuestro grupo o a otros, van elaborando de a poco la posibilidad de abrirse a otras edades o a niños con algunas patologías de salud. Obviamente, entendemos que es una decisión que lleva tiempo y análisis.

   --¿Cómo deberían trabajar los adultos la disponibilidad adoptiva?

   --Pensar en ahijar un niño más grande requiere de un proceso interno y de duelar al bebé que nunca tendremos, internalizar que nunca cambiaremos pañales, que desconoceremos sus primeras palabras, que no tendrá nuestro ADN o que no participaremos de otras vivencias tempranas. Exige acercarse a terapeutas, retroalimentarnos con otras experiencias, preguntarnos si deseamos tener un hijo o un bebé y conocer nuestras fortalezas y debilidades.

   --¿Cuál es el balance del grupo teniendo en cuenta que es el de más trayectoria del país?

   --En estos 33 años, el Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes (M.A.M.A) transitó por diferentes etapas y con ellas pasaron muchas personas. Creo que el Movimiento, en los últimos años, dio un giro positivo y de crecimiento que hace que sea reconocido a nivel nacional y por los distintos efectores del sistema como un referente serio y comprometido en esta temática tan sensible e importante como es la adopción.

   --¿Cuál es la rutina de trabajo?

   --Nuestro trabajo se centra en los objetivos mencionados pero, además, tratamos de insertar este tema en espacios de reflexión, de aprendizaje y de participación. Por esta razón nos han convocado desde diferentes ámbitos como Institutos de Formación Docente, jornadas de psicología, institutos de comunicación, otros grupos autogestionados, instituciones escolares, etc.

   --De acuerdo con su propia experiencia ¿Qué significa ser familia por vínculo adoptivo?

   --Un desafío constante, a veces, difícil que requiere de ciertas herramientas internas y externas para transitar el proceso de manera segura, saludable y equilibrada. Por todo esto, es necesaria la permanente formación e información que brindan grupos de sugestión como M.AM.A.

   --¿El nuevo Código Civil ha dado muestras de mayor agilidad?

   --La ley cambió, los que tenemos que repensar nuestra disponibilidad adoptiva somos los adultos teniendo en claro que el eje central de la adopción es el niño y el que tiene derecho a vivir y a crecer en familia es, insisto, el niño.

   --¿Es lo mismo ser padre por vínculo adoptivo que por vínculo biológico?

   --Días atrás, la especialista Pilar Arias Iglesias coordinó en nuestra ciudad el taller: “Familias diferentemente iguales. Vínculo adoptivo/vínculo biológico”, donde pudimos reflexionar sobre las semejanzas y las diferencias.

   --¿Cuáles fueron las conclusiones?

   --Los padres por vínculo adoptivo realizaron gestiones y trámites judiciales; procesaron el duelo por el hijo biológico que no llegó; tal vez intentaron diferentes tratamientos de fertilización y se enfrentaron a mitos y prejuicios sobre esta forma de ser familia.

   --¿Y qué sucede con los niños y adolescentes que llegan a la adopción?

   --Deben procesar el duelo por los padres biológicos que no pudieron ahijarlos; vivieron en hogares proteccionales o con distintas familias; tuvieron derechos vulnerados; carecieron de afecto, de cuidados, de miradas y perdieron la confianza en el adulto.

   --¿Qué actividades lleva realizadas el movimiento este año?

   --En marzo delineamos las diferentes propuestas para 2018. Además del taller mencionado, el 12 de mayo invitamos a las licenciadas Rocío Gómez y Verónica Álvarez a trabajar con el tema disparador: “El niño soñado”, donde pudimos revisar si lo que esperamos es a un niño real o a un niño ideal. Asimismo, también este mes se realizaron las III Jornadas de la AASM-Intervenciones Clínicas. En esa oportunidad me tocó hablar de pérdidas en la adopción.

   --¿A qué se refiere con “pérdidas”?

   --A poner en palabras qué perdemos los adultos y qué pierden los niños en esta forma de ser familia.

   --¿Qué otras propuestas tienen pensadas para este año?

   --El 23 de junio nos acompañará Teresa Prost (Bahía Lee) para hacernos “La gran pregunta” y descubrir cómo fortalecer los vínculos a través de la lectura. Además, tenemos planificadas videoconferencias, ponencias y hasta un espectáculo artístico.

   --¿Qué le diría a las personas que todavía no adoptaron y lo desean concretar?

   --Que se acerquen a nuestro grupo, que no dejen de formarse y de informarse, que busquen ayuda para poder transitar este camino y que realicen una espera activa y positiva.

¿Qué es?

   El Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes (M.A.M.A) es el primer grupo de adopción en nuestro país: comenzó como una entidad de bien público el 5 de mayo de 1985, en Bahía Blanca.

   Al principio se reunían solamente mujeres y, de a poco, se fueron acercando hombres.

   El surgimiento se concretó a partir de las necesidades e inquietudes de un grupo que se encontraba ya sea en la etapa previa a la adopción o bien que ya había adoptado. Aquellos que esperaban, con la intención de nutrirse de las experiencias de los otros y quienes ya tenían hijos, para compartir sus dudas y sus vivencias.

   Actualmente, la institución cuenta con personería jurídica y ha logrado concretar sus objetivos primordiales, como es fomentar la adopción de niños y adolescentes; brindar información; intercambiar experiencias, dudas y temores, además de las alegrías de los aspirantes a adoptar y de quienes ya son familia por adopción.

   También entre sus finalidades se encuentra acompañar en distintos momentos a las familias, ya sea en la espera, vinculación y adopción propiamente dicha, además de fomentar y realizar seminarios, talleres, encuentros y jornadas para insertar la temática. Finalmente, el grupo ofrece acompañamiento por medio del servicio S.O.S disponible las 24 horas los 365 días del año para aquellos que deseen compartir aquellas situaciones que les preocupa, enriquece o alegra.

   Los integrantes se reúnen los segundos y cuartos sábados de cada mes de abril a noviembre en el salón de prensa “Eduardo Cenci” de la Municipalidad de Bahía Blanca, calle Alsina 65, en el horario de 15.30 a 17.30.

   Para mayor información, los interesados en contactarse con el grupo M.A.M.A pueden acudir al teléfono: (0291-4571208/4882696 y al Facebook/Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes Bahía Blanca La titular del Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes.

    Carolina Recalde, es consejera escolar (FpV) y profesora de Enseñanza Primaria, además de coordinadora de la Comisión de Promoción y Protección de Derechos del Consejo Local de Niñez, Adolescencia y Familia de Bahía Blanca. Es miembro de la Asociación Argentina de Salud Mental (AASM-Filial Bahía Blanca). Escribió sobre “adopción y escuela” en el libro: “Adopción. Algo más que un hilo invisible”, de la autora Pilar Arias Iglesias.

   El 10 de noviembre de 2007 “Caro” se inscribió junto, con su esposo, en el Tribunal de Menores para adoptar a ese hijo que no podían concebir naturalmente.

   Ese mismo día le hablaron del Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes (M.A.M.A), una ONG que brinda servicio y acompañamiento a parejas o personas que persigan ese fin. Se presentaron enseguida, sin imaginar que, años más tarde, iba a convertirse en presidenta de la institución. Claro que corrió “mucha agua debajo del puente”: primero fue “alumna sin faltas” del grupo, luego secretaria. Y en el medio se convirtió en mamá de María, que llegó a su vida cuando tenía 9 años.