Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Un yacaré enseña sobre los miedos y la ecología en un libro para niños

En su último libro, con ilustraciones de Mariana Comesatti, el escritor Horacio Alva nos presenta un peculiar personaje que enfrenta sus miedos y le cuenta a los chicos cómo cuidar los ríos y no contaminar.

Sebastián Cortés-La Nueva

Laura Gregorietti / lgregorietti@lanueva.com


   “Es que todavía al Paraná le teme, nuestro querido amigo, el yacaré. Y aunque el sol sus patitas queme prefiere a la sombra tomar tereré.
   Pero Bartolo no es tan miedoso. Tampoco es cuestión de exagerar. A veces sin apuro, aunque animoso, despacito al agua se anima a entrar.
   Y así contento explica a la gente que los miedos se pueden superar. Y que todos somos valientes con un poquito de ayuda. Nada más”.
   Bartolo, el protagonista de este libro es un yacaré distinto a los demás: por empezar, le tiene miedo al agua. Y sueña con compartir su vida con la gente, ir a la escuela, porque es muy amigable pero claro, no se lo permiten. Aunque él imagina que algún día lo va a lograr...

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   Los miedos, el cuidado del medio ambiente y la contaminación. Horacio Alva trata en su nuevo libro “Bartolo el yacaré”, temas que para él resultan pilares fundamentales en la formación de un niño seguro y también consciente del cuidado del planeta en que le tocó vivir.
   “La historia de Bartolo comienza como muchos de mis cuentos, con algo que escuché o vi que me agradó y quedó ahí dando vueltas, y con el tiempo, pidió salir”, cuenta Horacio Alva.
   Fue hace tres años que según recuerda, tuvo “la suerte de poder visitar Corrientes”, para una feria del libro.
   “No conocía el lugar y tampoco estaba familiarizado con el litoral y sus costumbres. Llegué a Bella Vista y me enamoré de la calidez de su gente, del paisaje, el río. También del atardecer, los mates calentitos y los chiquitos que te hablan en una mezcla perfecta de castellano y guaraní. Me quedé maravillado”.
   Esa visita -reconoce- fue clave para despertar ciertas ideas y curiosidades que habían quedado dando vueltas “en el tintero”. 

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   “Al volver a Bahía me puse a buscar leyendas guaraníes y me enteré de una que cuenta que la gente que pisa suelo correntino, sueña con volver. Y de hecho, me pasó. Y para compensar ese sentimiento fue que nació Bartolo, un personaje que es de esa Tierra, un yacaré. Y que de alguna forma me vinculaba nuevamente con el lugar. Al añó siguiente, cumpliendo con esa especie de predicción, volví”.
   “Bartolo vive una aventura relacionada con la ecología y los miedos. A mí me gusta pensar que él es un soñador que lleva adelante sus sueños más allá de los miedos. Todos tenemos miedos. Ese miedo a Bartolo no le impidió desarrollar su vida. Cuando los miedos nos paralizan pasan a ser un problema, pero si eso que sentís lo podés capitalizar o sobrellevar, y además ir en busca de eso que te moviliza, es un logro enorme. Eso me gusta destacar de Bartolo, más allá del miedo que tenía, pudo”.

   Horacio puede llevar sus cuentos y narraciones a los chicos del país gracias al aporte de la Cooperativa Obrera, que se encarga de pagar los viajes.
   “El ciclo 'Horacio y la Coope te cuentan un cuento' me ha permitido conocer escuelas rurales, muy alejadas de cualquier centro urbano. Muchas veces nos escriben solicitando nuestra presencia, pero son lugares lejanos a los que cuesta llegar. Y yo disfruto visitar escuelas, hoy no me imagino estando todo el día escribiendo en casa. Escuchar a los chicos, ver sus reacciones, sus realidades, me ha enriquecido como persona, y he logrado una mirada más amplia de la vida”, dice.
   Sonríe y cuenta que los chicos de estos parajes son muy agradecidos.
   “Siempre me llevo más de lo que dejé. Gracias a un libro, a una historia, podemos hacer ese puente de conexión tan lindo. De pronto me encuentro en un lugar que nunca había pensado ir con una pila de chicos delante que están esperando ansiosos por un cuento. Lo que primero me sale es darle gracias a la vida por tanto”.
   El Divisorio, El Gualicho,  Horacio nombra lugares con mucha historia y realidades. 
   "Los chicos son inocentes, sanos, súper respetuosos, cariñosos. Se te sientan al lado y con una mirada, lo dicen todo. Y yo sólo digo 'gracias', concluyó.

El trabajo de los docentes
   "La conexión se da enseguida con los chicos. Hay un trabajo previo muy importante que hacen las docentes antes de la visita, algunos ya conocen el cuento y saben que yo voy a ir."
   "Hay muchos libros que me cambiaron la vida, como los textos de Ray Bradbury, mucho material de él me marcó la adolescencia. "Ilusiones",  de Richard Bach o "Juan Salvador Gaviota", que me encantó y lo leí en el momento justo y fue como un salvavidas. También  hay algunos cuentos de Horacio Quiroga que me quedaron en el recuerdo".

   "Muchos parientes o docentes, como María del Carmen, que vive en Mar del Plata, de mi época en la escuela secundaria, la Media Número 2, recordás que te acercaron en el momento justo el libro justo".
   "Yo trabajo con la Cooperativa Obrera y gracias a ellos podemos llegar a los lugares más pequeños, una escuela rural que se llama el paraje El Gualicho. Con la ayuda de la Cooperativa se hace más sencillo. La gente de esos lugares está ansiosa por las visitas".