Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Disfrutar de las fantasías sexuales es positivo y saludable

   Uno de los comportamientos más usuales de las personas es fantasear, imaginar, tejer historias, mundos ideales, proyectos y por supuesto también, fantasías eróticas y sexuales.

   Tener estas fantasías provocan una actividad mental positiva y vital, que nos permite experimentar una sexualidad más plena y placentera. 

   Las fantasías pueden ser ilimitadas, con temas recurrentes o no, con la pareja o no. Uno es la única persona capaz de crear todas las escenas de esa película interior en la cual es protagonista y director, puesto que todo cuanto sucede esta de acuerdo con los deseos más íntimos en ese momento. 

   Según el investigador Juan Carlos Sierra Freire las fantasías eróticas se relacionan con el deseo sexual del ser humano, junto con otros factores como la erotofilia y la ansiedad. 

   La erotofilia es un conjunto de sentimientos sexuales positivos, tanto psíquicos como físicos, que potencian el deseo sexual sin importar el género, aunque, según algunas investigaciones, los varones suelen responder más positivamente a las mismas a diferencia de las mujeres que suelen vivirlas con más culpa o vergüenza. 

   Esto último no es taxativo, sino que se trata sólo de algunas investigaciones. Otras han comprobado que, cuanto mayor es la capacidad para fantasear en algunas mujeres, mayores son sus sensaciones eróticas y mejores sus orgasmos. 

¿Por qué todavía decir orgasmo o masturbación incomoda?

   Usualmente se escucha en los talleres de sexualidad femenina o en las consultas, algunas preguntas basadas en creencias. Por caso, una joven que estaba en pareja desde hacía ya largo tiempo, se sentía preocupada porque le daba vergüenza y culpa compartir con su pareja sus fantasías sexuales. 

   Según contaba, no siempre su pareja estaba incluida en dichas escenas. Además, los encuentros eróticos de sus fantasías no siempre eran heterosexuales, sino que a veces tenía fantasías sexuales con otras mujeres. 

   Ella entendió que las fantasías sexuales eran suyas, y que podía compartirlas o no con su parejao, puesto que no hay nada de malo en ellas. Son simplemente productos de su imaginación que pueden ser conscientes o inconscientes además de ser también, productos del deseo erótico que en ese momento surge. 

   Respecto de las fantasías eróticas con personas del mismo género, eso no implica que la orientación erótica de la sexualidad este cambiando o haya cambiado. Por el contrario, se trata de una de las fantasías eróticas más comunes de escuchar. 

Asertividad sexual, la habilidad para expresar nuestros deseos

   Las fantasías sobre determinadas prácticas sexuales no quieren decir que necesariamente deban compartirse o ponerlas en práctica. En ellas todo esta permitido, aunque eso coincida con el modo de experimentar la propia sexualidad.

   En cuanto a concretar o no las fantasías, eso es absolutamente personal. En el caso de llevarlas al plano de la realidad, puede resutar que no siempre la experiencia real se parece a la imaginada. 
Darse permiso para tener y disfrutar las fantasías sexuales con libertad, sin culpa ni vergüenza, puede resultar una agradable experiencia, además de ser saludable y permitir gozar de la sexualidad más plenamente. 

   Las personas que se las permiten y las disfrutan, posiblemente estén de acuerdo con dichas ideas. Ellas pueden hacer aportes para que todos sigamos aprendiendo a vivir una vida sexual más libre de mitos y tabúes.