Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Entradera: Un delito “de moda” y ¿difícil de prevenir?

En los últimos días se produjo una seguidilla de hechos de este tipo en la ciudad. Especialistas analizan la situación y brindan algunos consejos.

Fotos: Archivo y Emmanuel Briane-LN.

Por Juan Pablo Gorbal/jgorbal@lanueva.com y Pablo Andrés Pascual/ppascual@lanueva.com

   No hay bandas organizadas, aseguran los investigadores. Y está claro que no se trata de un delito constante, sino que surge de manera cíclica. Sin embargo, las entraderas, cada vez que irrumpen socialmente, conmocionan. Como sucedió la semana pasada, con 3 hechos en 72 horas, y un cuarto que se sumó el pasado miércoles a la noche.
   Pese a sus vaivenes, se las puede ubicar en el rol protagónico del “delito del momento”, como en otros tiempos fueron las salideras bancarias, los arrebatos en la vía pública, los cuentos del tío o la acción de los boqueteros.
   Impactan porque se trata de hechos violentos, a los cuales todos estamos expuestos y que tienen por escenario el núcleo más íntimo de la familia: el hogar. Se trata de una violación a la intimidad. 
   Además, y pese a que existen consejos para mantenerse en alerta y son útiles los grupos vecinales de WhatsApp, son hechos difíciles de prevenir.
   “La prevención es relativa. Hemos tenido hechos con delincuentes que han entrado por los patios y se han quedado toda la noche en un quincho y recién abordan a las víctimas cuando salen al patio a la mañana temprano, por ejemplo para darle de comer al perro”, explica Diego Conti, a cargo de la fiscalía temática que persigue los robos con armas.


   Dicen que el lunes pasado, después del asalto al secretario judicial Rodolfo Murillas y su familia en el barrio Santa Margarita, la comisaría Segunda sextuplicó los patrullajes. Sin embargo, los delincuentes volvieron a actuar en la misma jurisdicción a la noche siguiente, a pocas cuadras del canal Maldonado, donde además son frecuentes los operativos de tránsito.
   Pareciera que no les importa nada. Que tienen impunidad.
   “Me consta que la policía anda, pero que también son hechos difíciles de prevenir”, recalca el doctor Conti.

Cosificación de la víctima

   Para el comisario retirado Luis Vicat, los hechos, claramente, son más violentos. 
   “En el delito hay ciertas figuras que han migrado. Las entraderas es una de ellas. Originariamente existía el ataque al domicilio mientras sus dueños no estaban, lo que se denomina escruche. Luego mutó a la entradera, que son de dos tipos: con inteligencia previa y al voleo”.
   El especialista en seguridad explica que las entraderas se dan en horarios clave, especialmente al momento que la persona se dirige al trabajo o en el regreso.
   Y que también existe lo que se denomina “entradera dinámica”, que es la que se produce cuando la víctima es interceptada en la calle y conducida hasta su vivienda para robarle.
   “Antes la violencia era una herramienta del victimario, que la aplicaba en dosis casi medicinales para evitar resistencia y conseguir su propósito, por ejemplo, saber dónde está el dinero guardado o joyas. Hoy se ha cosificado a la víctima, a quien el delincuente no la considera como una persona, sino como un objeto que se puede romper tranquilamente y que, en muchos casos, se hace para que no hagan la denuncia o no los reconozcan”, continúa.
   En este sentido, explica por qué razón en este tipo de robos se suele golpear al damnificado con la culata del arma en la cabeza.


   “Tiene un efecto de intimidación más que el daño que produce. Es una zona que sangra mucho, por lo que las víctimas se atemorizan al ver la sangre y de esa forma obtienen lo que buscan”.  
   También describe la razón por la que los asaltos bajo esta modalidad se dan “por oleadas”.
   “El Estado reacciona, se toman medidas y se agudizan los controles, entonces ese problema desaparece y migra. Cuando la presencia policial se va, porque tenemos la manta corta, vuelve”.
   Vicat, quien escribió el libro “Autopreservación urbana: sobrevivir en la ciudad”, considera que el ciudadano se debe cuidar en base a tres pilares: prevención, discreción y precaución.
   “La gente tiene que tener conciencia y un plan de seguridad familiar armado, teniendo en cuenta los riesgos y vulnerabilidades que pueden llegar a tener. Tienen que estar en un estado de vigilia permanente, que no es paranoia. Hay que tener en cuenta que el afuera es hostil”.
   El excomisario asegura que las personas deben evitar brindar información personal y tomar recaudos acerca de lo que comparten en las redes sociales. Por último, destaca como positiva la instrumentación de grupos de WhatsApp entre vecinos, así como la elección de palabras clave para que los miembros de una familia puedan saber si otro integrante se encuentra en peligro.

La clave de la oportunidad

   Doctor en Filosofía del Derecho, abogado y consultor en seguridad urbana, Tobías Schleider reconoce que la clave de los delincuentes que se dedican a las entraderas es “la oportunidad”.
   “En este tipo de delitos la oportunidad es fundamental. De ella depende las chances, el riesgo de fracaso o la expectativa de éxito para el ladrón”, remarca.
   Schleider, quien estará a cargo de la Licenciatura en Seguridad que se dictará en breve en la Universidad Nacional del Sur, ratifica que es un tipo de robo que no se da en forma regular, sino de manera cíclica.
   “Es bastante frecuente. Hay clases de delitos, generalmente contra la propiedad, que son episódicos, que se dan durante un tiempo, luego desaparecen y regresan. Pasa también con los secuestros virtuales, robos a cajeros automáticos o salideras bancarias. Van apareciendo y desapareciendo por diversas razones. No hay una manera de contestar en forma general y hay que ver en cada caso a qué se debe”, opina el profesional, quien además es investigador del Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia (ILSED).
   “Hay de todo” responde Schleider cuando se le pregunta por la conformación de las bandas. “Pueden ser mixtas, foráneas o locales. La mayoría de las veces tiene algún componente del lugar, porque para la inteligencia y la logística se requiere conocer el sitio. Generalmente son hechos realizados con planificación, aunque también hay casos al voleo”.
   “En algunos casos resueltos se estableció que son cometidos por organizaciones, las que incluso trascienden a una sola ciudad y se van moviendo”, agrega. 
   ¿De qué manera prevenir? Según el doctor Schleider se necesita un trabajo de análisis delictual en ese sentido.


   “Se puede llevar adelante mediante una tarea que se fije en las causas que dan oportunidad para ese hecho. Se investigan el tipo de delito, la modalidad, el tiempo, el lugar y se trata de sacar conclusiones y, eventualmente, se puede hacer alguna predicción respecto de dónde pueden registrarse”.
   Según su postura, no hay que despreciar que “muchos de estos delitos tienen un componente de estructura de mercado, es decir que el producido de va a una organización que se dedica a comercializar determinadas elementos obtenidos de esta manera”.
   Por último, advierte que en muchas ocasiones los delincuentes buscan armas que tengan las víctimas. 
   “Es bastante frecuente que en este tipo de delitos el primer objetivo sea la búsqueda de armas, por eso es importante insistir en las campañas de desarme. La gente tiene armas pensando que le van a servir para defenderse, pero en definitiva lo que hacen es alimentar el mercado negro”.

Dos casos con saldo trágico

   El fiscal Conti -asumió en la UFIJ Nº 11 en enero de 2017- asegura que de todas las investigaciones que lleva adelante no surge la existencia de “bandas organizadas para cometer entraderas”.
   Ingresan, en promedio, entre 15 y 20 causas mensuales por asaltos de todo tipo, ya que también se incluyen los robos calificados a comercios o en la vía pública. 
   Desde que está a cargo, solo dos terminaron de manera trágica. El más reciente fue en las puertas de la vivienda de los Ferro Moreno, en Bolivia y Blandengues, donde el asaltante Leandro Agustín Merloz Rivarola, de 32 años, murió por un disparo del arma que portaba, en medio del forcejeo con la familia afectada. 


   El anterior fue el que tuvo por lamentable víctima al vecino Néstor Gil, de 73 años, quien murió, a causa de un paro cardíaco, 11 días después de la violenta entradera en su casa de Rojas al 1700, registrada el 14 de julio del año pasado. Este caso aún no está esclarecido.
   “Con la creación de la fiscalía temática se resuelven de manera más rápida las causas. Este año llevamos 20 juicios y casi todos con condenas. Y la mayoría son casos de 2017. Se acortan los tiempos”, asegura Conti.
   El fiscal trabaja de manera articulada con la policía de Seguridad y también con un grupo de 4 o 5 hombres de la DDI, dedicados especialmente a la investigación de robos con armas.
   De todas maneras, espera con gran expectativa la conformación de la Policía Judicial, ya creada por ley, porque considera que puede ser una gran rueda de auxilio.