CAP: un tesoro que espera

Redacción de La Nueva.

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En un nuevo intento por proteger, cuidar y hasta recuperar sus instalaciones, la Municipalidad  de Bahía Blanca volverá considerar qué caminos puede haber en pos de salvaguardar los bienes del exfrigorífico de la CAP Cuatreros, en General Daniel Cerri, una de las primeras industrias de la ciudad y la región.
Creada en 1903 por la empresa Sansinena, entonces propiedad de Ernesto Tornquist, el emprendimiento era sostenido por la revolucionaria “industria del frío”, que permitía mantener congelada la carne para ser enviada a diversos mercados del mundo.
Las ventajas de un puerto, la región ganadera, la existencia de mano de obra. Todo se sumó para que el ingeniero Luis Huergo, a cargo del proyecto de la obra, se inclinara por la zona de Cuatreros (luego  Cerri), en una decisión que impulsó el crecimiento de esa localidad y abrió de alguna manera la historia industrial regional.
Sin embargo, el frigorífico nunca encontró un camino adecuado para su desarrollo. Los constantes cambios del panorama económico del país, las modificaciones de las leyes relativas al comercio de la carne y otros males propios de nuestra historia afectaron su buen funcionamiento.
Sansinena cerró y abrió sus instalaciones de manera intermitente. Tuvo momentos de despidos e incertidumbre. En la década del 40 fue adquirida por la Corporación Argentina de Productores de Carne (CAP), que, si bien abrió una etapa con expectativas favorables, tampoco pudo sortear repetidas inestabilidades.
La historia se cerró hace casi 20 años, cuando la empresa puso punto final a su funcionamiento, ya en manos de una compañía de capitales paraguayos. 
Subastado el inmueble que ocupaba, fue adquirida por particulares dedicados a la venta de chatarra y material de rezago. Desde entonces es un lugar en degradación y sin destino.
De allí, entonces, lo interesante de esta propuesta de varios vecinos por inventariar los bienes muebles y maquinarias que quedan en el lugar, de modo de plantear su cuidado y protección. 
También analizar una posible expropiación, de modo de reconvertir el edificio para un uso comunitario. Se trata de un bien emblemático, testimonio de un pasado único. Todo el esfuerzo por recuperarlo está justificado.