Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Dos puentes en peligro

Una detallada nota publicada por este diario en su edición del pasado 31 de marzo volvió a poner en agenda el pésimo estado de dos de los puentes vehiculares más utilizados en la ciudad.
Se trata del puente de la avenida Colón, sobre las vías que corren entre calles Chile y Brickman, y el denominado “puente largo” del conjunto de puentes La Niña, en Ingeniero White. En ambos casos se trata de obras centenarias, que han cumplido sobradamente su vida útil.
Solo el hecho de que hayan sido construido por los ingleses, con materiales de extrema calidad y con coeficientes de seguridad por encima de la lógica para el tipo de carros que en su momento los atravesaba, explica que sigan de pie con un uso cada día más intenso.
En el caso del puente Colón, habilitado en el año 1910, resulta manifiesto el daño de sus pilares de ladrillos, con enormes huecos y faltantes. 
La estructura de hierro continúa resistiendo el paso de cientos y cientos de camiones, considerando que la avenida es una de las vías de acceso al sector portuario e industrial.
en El caso de La Niña la situación es más delicada, ya que estudios estructurales realizados hace más de una década dejaron en claro lo inconveniente (y riesgoso) de su utilización, atento a sus severas falencias estructurales. Sin embargo, sigue siendo el paso diario de cientos de camiones.
En ambos casos se ha manifestado, más de una vez, “un problema de jurisdicción” acerca de qué entidad o Estado debiera asumir su reparación. La situación no pareciera resistir el menor análisis, si se toma conciencia del riesgo que significa que esos pasos se sigan utilizando en las actuales condiciones estructurales.
Quizá sería necesaria una drástica intervención -cortar el paso vehicular- para que reaccionaran de inmediato las empresas que cada día necesitan de ese paso. Posiblemente entonces el tema jurisdiccional quedaría de lado y se buscaría una solución al tema.
Resulta inconcebible y hasta inaceptable que se hable tanto del puerto de aguas profundas más importante de país, que se mencione el movimiento portuario como el gran motor del desarrollo de la zona y sigan pasando los años sin que nadie ponga punto final a esta delicada situación. 
No es bueno necesitar el colapso de los puentes para recién actuar.